2- El Bendito, los bendecidos y la bendición



Al leer cartas como la de Efesios uno se encuentra con un problema: usa ideas tan celestiales que parece desconectada de la realidad que podemos vivir diariamente.
Frases como “nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales”
“en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito”
“las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida”
“aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas”
“cual sea la dispensación del misterio escondido desde los siglos”
Y así muchas frases más.
Digamos que no son frases que usamos todos los días.
Esto sucede principalmente en los 3 primeros capítulos.
En los primeros años de mi caminar en Cristo y por bastante tiempo me costó encontrarle una aplicación práctica, una aplicación a mi diario vivir, de todo esto.
Esto es lo que vamos a hacer en esta serie, si el Señor lo permite.
Por eso esta serie se llama “Viviendo diariamente en el propósito eterno”. Y vamos a usar la carta de Pablo a los Efesios.
NO como un estudio metódico, sino buscando extraer las enseñanzas principales de cada capítulo y aplicándolas a nuestra vida diaria.
Vamos a leer Efesios 1:1-3:
"Pablo, apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, a los santos y fieles en Cristo Jesús que están en Efeso: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo.
Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo".

1:1,2: El típico saludo de Pablo en sus cartas.
1:3: Pablo comienza hablando del “Bendito”, los “bendecidos” y la “bendición”: leemos de vuelta
El “Bendito” es Dios
Los “bendecidos” somos nosotros
La “bendición” es “espiritual en los lugares celestiales en Cristo”

El Bendito y los bendecidos
Lo primero que vemos es que, ni más ni menos que el “Bendito”, “el Dios y Padre”, nos “bendijo”.
En el Antiguo Testamento la bendición de un padre era decisiva.
Por ejemplo Isaac, el hijo de Abraham se ve a la puerta de la muerte y quiere dar su bendición a su hijo primogénito: Esaú:
Génesis 27:1-4 "Aconteció que cuando Isaac envejeció, y sus ojos se oscurecieron quedando sin vista, llamó a Esaú su hijo mayor, y le dijo: Hijo mío. Y él respondió: Heme aquí. 
Y él dijo: He aquí ya soy viejo, no sé el día de mi muerte. 
Toma, pues, ahora tus armas, tu aljaba y tu arco, y sal al campo y tráeme caza; y hazme un guisado como a mí me gusta, y tráemelo, y comeré, para que yo te bendiga antes que muera".

El primogénito tenía una porción doble de la herencia (Deuteronomio 21:17; 2 Corónicas 21:2,3).
Tenía una enorme ventaja el que había nacido primero. Recibía la bendición especial y abundante de su padre como primogénito.
Pero Rebeca quería que su otro hijo reciba esa bendición: Jacob. Por lo que lo manda a llamar: Génesis 27:5-10 "Y Rebeca estaba oyendo, cuando hablaba Isaac a Esaú su hijo; y se fue Esaú al campo para buscar la caza que había de traer. 
Entonces Rebeca habló a Jacob su hijo, diciendo: He aquí yo he oído a tu padre que hablaba con Esaú tu hermano, diciendo: 
Tráeme caza y hazme un guisado, para que coma, y te bendiga en presencia de Jehová antes que yo muera. 
Ahora, pues, hijo mío, obedece a mi voz en lo que te mando. 
Ve ahora al ganado, y tráeme de allí dos buenos cabritos de las cabras, y haré de ellos viandas para tu padre, como a él le gusta; y tú las llevarás a tu padre, y comerá, para que él te bendiga antes de su muerte".

Pero había un problema:
Génesis 27:11,12 "Y Jacob dijo a Rebeca su madre: He aquí, Esaú mi hermano es hombre velloso, y yo lampiño. 
Quizá me palpará mi padre, y me tendrá por burlador, y traeré sobre mí maldición y no bendición".

La madre lo soluciona rápido:
Génesis 27:13-17 "Y su madre respondió: Hijo mío, sea sobre mí tu maldición; solamente obedece a mi voz y vé y tráemelos. 
Entonces él fue y los tomó, y los trajo a su madre; y su madre hizo guisados, como a su padre le gustaba. 
Y tomó Rebeca los vestidos de Esaú su hijo mayor, los preciosos, que ella tenía en casa, y vistió a Jacob su hijo menor; y cubrió sus manos y la parte de su cuello donde no tenía vello, con las pieles de los cabritos; y entregó los guisados y el pan que había preparado, en manos de Jacob su hijo".

Jacob estaba listo:
Génesis 27:18-29 "Entonces éste fue a su padre y dijo: Padre mío. E Isaac respondió: Heme aquí; ¿quién eres, hijo mío? 
Y Jacob dijo a su padre: Yo soy Esaú tu primogénito; he hecho como me dijiste: levántate ahora, y siéntate, y come de mi caza, para que me bendigas. 
Entonces Isaac dijo a su hijo: ¿Cómo es que la hallaste tan pronto, hijo mío? Y él respondió: Porque Jehová tu Dios hizo que la encontrase delante de mí. 
E Isaac dijo a Jacob: Acércate ahora, y te palparé, hijo mío, por si eres mi hijo Esaú o no. 
Y se acercó Jacob a su padre Isaac, quien le palpó, y dijo: La voz es la voz de Jacob, pero las manos, las manos de Esaú. 
Y no le conoció, porque sus manos eran vellosas como las manos de Esaú; y le bendijo. 
Y dijo: ¿Eres tú mi hijo Esaú? Y Jacob respondió: Yo soy. 
Dijo también: Acércamela, y comeré de la caza de mi hijo, para que yo te bendiga; y Jacob se la acercó, e Isaac comió; le trajo también vino, y bebió. 
Y le dijo Isaac su padre: Acércate ahora, y bésame, hijo mío. 
Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo: 
Mira, el olor de mi hijo, 
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido; 
Dios, pues, te dé del rocío del cielo, 
Y de las grosuras de la tierra, 
Y abundancia de trigo y de mosto. 
Sírvante pueblos, 
Y naciones se inclinen a ti; 
Sé señor de tus hermanos, 
Y se inclinen ante ti los hijos de tu madre. 
Malditos los que te maldijeren, 
Y benditos los que te bendijeren".

El problema es que Esaú volvió de cazar:
Génesis 27:30-36 "Y aconteció, luego que Isaac acabó de bendecir a Jacob, y apenas había salido Jacob de delante de Isaac su padre, que Esaú su hermano volvió de cazar.
E hizo él también guisados, y trajo a su padre, y le dijo: Levántese mi padre, y coma de la caza de su hijo, para que me bendiga. 
Entonces Isaac su padre le dijo: ¿Quién eres tú? Y él le dijo: Yo soy tu hijo, tu primogénito, Esaú. 
Y se estremeció Isaac grandemente, y dijo: ¿Quién es el que vino aquí, que trajo caza, y me dio, y comí de todo antes que tú vinieses? Yo le bendije, y será bendito. 
Cuando Esaú oyó las palabras de su padre, clamó con una muy grande y muy amarga exclamación, y le dijo: Bendíceme también a mí, padre mío. 
Y él dijo: Vino tu hermano con engaño, y tomó tu bendición. 
Y Esaú respondió: Bien llamaron su nombre Jacob, pues ya me ha suplantado dos veces: se apoderó de mi primogenitura, y he aquí ahora ha tomado mi bendición. Y dijo: ¿No has guardado bendición para mí?"

Isaac verdaderamente creía que la bendición que pronunció era irrevocable. No eran simples palabras o un deseo de que le vaya bien a su hijo:
Génesis 27:37,38 "Isaac respondió y dijo a Esaú: He aquí yo le he puesto por señor tuyo, y le he dado por siervos a todos sus hermanos; de trigo y de vino le he provisto; ¿qué, pues, te haré a ti ahora, hijo mío? 
Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró".

Ellos creían tan decisiva la bendición de su padre que Esaú aborreció a Jacob al punto de planear matarlo:
Génesis 27:41 "Y aborreció Esaú a Jacob por la bendición con que su padre le había bendecido, y dijo en su corazón: Llegarán los días del luto de mi padre, y yo mataré a mi hermano Jacob".

Otro caso es Balac y Balaam:
Balac era el rey de Moab. Los moabitas tenían miedo porque se acercaba el pueblo de Israel: Números 22:3 "Y Moab tuvo gran temor a causa del pueblo, porque era mucho; y se angustió Moab a causa de los hijos de Israel".

Entonces Balac (lit. “destructor”) contrata a un profeta para que maldiga a Israel (Números 22:5,6)
Pero vino Dios a Balam (Números 22:9-12).
Balac lo lleva a un lugar para que los vea y así los maldiga (Números 23:13).
Pero Balam, aunque lo intentaba, no podía hacer otra cosa que bendecir a Israel (Números 24:10)
Balaam le responde:
Números 24:13 "Si Balac me diese su casa llena de plata y oro, yo no podré traspasar el dicho de Jehová para hacer cosa buena ni mala de mi arbitrio, mas lo que hable Jehová, eso diré yo?"

Si esto sucedió con la bendición de Isaac y la de Balaam. ¿Será decisiva la bendición del “Bendito”, del Dios Soberano, en nuestra vida, que encontramos en Efesios 1:3?
Y si como agregado Efesios 1:3 dice que “nos bendijo con TODA bendición espiritual”.
Dios nos bendijo con la bendición del primogénito, la porción especial y doble.
¿Por qué? ¿Qué encuentran en Efesios 1:3?
“nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales EN CRISTO”
Jesús es el primogénito. NO por ser el primero creado, sino por tener el primer lugar en todo para el Padre:
Hebreos 1:6 "Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: 
Adórenle todos los ángeles de Dios".

Jesús al ser el “primogénito” “es el Heredero de todo”:
Hebreos 1:2 "en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo".

Lo incomprensible, es que Dios nos ha hecho sus hijos y coherederos con Cristo:
Romanos 8:17 "Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados".

John MacArthur explica que cada uno de nosotros recibiremos “por la gracia divina la herencia completa que Cristo recibe por derecho divino” (“Biblia de Estudio MacArthur”. Pag. 1556).
Por eso podemos decir con toda seguridad que somos “la congregación de los primogénitos” de Dios: Hebreos 12:23 "a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos".
Esta bendición abundante y sublime del Bendito la recibimos como primogénitos EN CRISTO.
Lo que Cristo heredó es nuestra herencia.

¿Celestial?
Pero hasta ahora alguien puede no entender bien y pensar que se trata de cosas muy celestiales y con poca aplicación a nuestra realidad actual.
El versículo que leímos dice: “nos bendijo con toda bendición espiritual”.
Pareciera algo en el aire: “toda bendición ESPIRITUAL”
Y si a eso le sumamos que dice: “con toda bendición ESPIRITUAL en los lugares CELESTIALES en Cristo”.
Parece algo más a un futuro muy lejano. Algo intangible, en el aire. Algo que en el diario vivir no significa mucho.
Esto es lo que vamos a seguir viendo en las siguientes partes. Pero solo digo esto: EL SER BENDECIDO POR DIOS CON TODA ESTA BENDICION ESPIRITUAL EN CRISTO O NO SER BENDECIDO, ASÍ COMO PARA ESAÚ FUE DECISIVO, ASÍ ES ABSOLUTAMENTE DECISIVO PARA NUESTRA VIDA DIARIA. Y POR SUPUESTO TAMBIÉN PARA LA ETERNA.
En las siguientes partes vamos a estudiar esta “bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”.


Luis Rodas


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