“Sino que en la ley de Jehová
está su delicia,
y en su ley medita de día y de noche”
(Salmo 1:2)
Una segunda clave para el éxito del que venimos hablando en estos devocionales, está reflejada hermosamente en este verso.
El salmo nos presenta un profundo contraste. En estos tiempos de "inclusión" que vivimos, encontramos en este primer salmo una división irreconciliable:
- los “malos", “pecadores" y “escarnecedores” (verso 1)
- los que encuentran deleite en la ley de Jehová y meditan en ella de día y de noche (verso 2)
Y el llamado es a NO ser como los primeros, y SÍ ser como los segundos.
Y por favor ten en cuenta algo: no se puede ser como los dos al mismo tiempo. Son dos grupos opuestos, tanto como la luz es opuesta al día (2 Corintios 6:14; 1 Juan 1:5,6).
¿El resultado?
Al extender nuestras raíces hacia la Palabra de Dios, somos como un árbol plantado muy cerca de corrientes de aguas que lo nutren constante y eficazmente (verso 3).
C. Hassell Bullock: “Cuando elegimos meditar en 'la ley de Jehová’, estamos eligiendo recibir los nutrientes espirituales vivificadores que vienen a través de Su Palabra. El resultado de recibir aquellos nutrientes será que llevaremos fruto para el reino de Dios” (“Psalms”. Pag. 75).
¡Planta tu árbol cerca de las fuentes inagotables y vivificantes de la Palabra de Dios cada día!
Presta atención al “NO” del verso 4. Los que no lo hacen NUNCA darán fruto.
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