Para entender mejor esta parte número 14 de "Algunos consejos prácticos para nuestros tiempos de adoración" te recomiendo que leas primero las anteriores:
- 1- Algunos consejos prácticos para nuestros tiempos de adoración
- 2- Huyendo de la obra de teatro hacia Dios
- 3- La adoración más intensa: cuando nadie nos ve
- 4- La adoración viene luego de contemplar la hermosura de Dios
- 5- ¿Dios habita en la música o en la alabanza, de su pueblo?
- 6- Cuando adores puedes repetir, pero... ¡cuidado!
- 7- Dos extremos peligrosos en la adoración
- 8- Reuniones llenas de "santificado sea tu nombre"
- 9- ¿Podemos establecer con alabanza el reino de Dios?
- 10- Amamos nuestra patria
- 11- Directores de alabanza: están ante gente con necesidades
- 12- ¡Revolucionemos nuestras reuniones de adoración a través del PERDÓN!
- 13- Aprendiendo a adorar en la tormenta
En toda esta serie de artículos hemos estado estudiando un poco el pasaje de Mateo 6:5-15.
De los últimos dos versículos hablamos en la parte número 12.
Por lo que nos resta solo el final del versículo 13:
"Y no nos metas en tentación, mas líbranos del mal; porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria, por todos los siglos. Amén"
(Mateo 6:13).
Es muy interesante ese "porque".
Cuando se usa en un caso así es para expresar el fundamento de algo que se dice o se hace.
Como si alguien dice: "No puedo comprar eso, PORQUE no tengo dinero".
U otro: "Esta semana no trabajo, PORQUE estoy de vacaciones".
Así Jesús nos dice, como enseñó Juan Calvino, que "todas nuestras oraciones... no tienen más fundamento que Dios solo" (citado en "Comentario de William MacDonald". Pag. 538).
Podemos pedir todas estas cosas y creer que Dios escuchará y responderá "PORQUE (suyo) es el reino, y el poder, y la gloria por todos los siglos. Amén".
El es Dios Supremo, "Jehová el Altísimo" (Salmo 47:2), "Rey de toda la tierra" (Salmo 47:7), "¿Quién le dirá: ¿Qué haces?" (Job 9:12).
Como escribió Jeremías:
"¡Oh Señor Jehová! he aquí que tú hiciste el cielo y la tierra con tu gran poder, y con tu brazo extendido, ni hay nada que sea difícil para ti" (Jeremías 32:17).
Bañados en adoración
Así, como vemos, comenzamos con una expresión de exaltación y fe: "Padre nuestro que estás en los cielos"
Pedimos en primer lugar que Dios sea glorificado: "Santificado sea tu nombre"
Y terminamos adorando a Dios: "Porque tuyo es el reino, y el poder, y la gloria por todos los siglos. Amén".
Toda oración debe estar bañada de adoración a Dios y las virtudes de EL deben ser el fundamento de cada petición.
Podríamos decir que: ¡Una oración sin adoración NO es oración!
Pero cuidado: NO estoy diciendo que al orar debemos sí o sí cantar antes o después una canción. ¡NO!
Ni tampoco me refiero a que con el simple hecho de que nuestra oración incluya palabras de adoración, ya está.
¡Es más profundo que eso!
Cada oración debe ser adoración en al menos 2 sentidos:
1- Oramos a Dios en plena confianza de que EL es fiel, poderoso y bueno como para escuchar y responder.
Como Abraham. Romanos 4:19 dice que era de edad tan avanzada que "estaba ya como muerto (siendo de casi cien años)" y que su esposa, Sara, era estéril.
Pero Dios le había prometido un hijo, por lo que NO "dudó... de la promesa de Dios, sino que se fortaleció en fe, dando GLORIA A DIOS, plenamente convencido de que era también poderoso para hacer todo lo que había prometido" (Romanos 4:20,21).
De la misma manera adoramos a Dios y le damos "gloria", cuando al orar estamos "plenamente convencidos de que (EL es) poderoso" para ayudarnos.
2- La razón principal por la que oramos es para que Dios sea glorificado en eso que pedimos.
Si pedimos "el pan nuestro de cada día" (Mateo 6:11) nuestro anhelo principal debe ser que Dios sea glorificado ante nuestros ojos y los de otros.
Para esto principalmente fue la muerte de Lázaro:
Sus hermanas le mandaron un mensaje a Jesús: "he aquí el que amas está enfermo" (Juan 11:3).
Pero "cuando oyó" Jesús "que estaba enfermo, se quedó dos días más en el lugar donde estaba" (Juan 11:6). Y dijo: "Esta enfermedad no es para muerte, sino para la gloria de Dios" (Juan 11:4).
Así encontramos que Lázaro finalmente sí muere, y al llegar "dijo Jesús: Quitad la piedra". A lo que respondió "Marta, la hermana del que había muerto...: Señor hiede ya, porque es de cuatro días" (Juan 11:39).
Y "Jesús le dijo: ¿No te he dicho que si crees, verás la gloria de Dios?" (Juan 11:40).
Toda la muerte de Lázaro era principalmente una puesta en escena para VER LA GLORIA DE DIOS.
Ciego que ve la gloria de Dios
De la misma manera encontramos 2 capítulos antes a un "hombre ciego de nacimiento" (Juan 9:1).
Al verlo, "le preguntaron sus discípulos...: Rabi, ¿quién pecó, éste o sus padres, para que haya nacido ciego?"
"Respondió Jesús: No es que pecó éste, ni sus padres, sino PARA QUE LAS OBRAS DE DIOS SE MANIFIESTEN EN ÉL" (Juan 9:2,3).
Adoración tormentosa
Lo mismo sucede en la tormenta que vimos en el anterior artículo.
Los discípulos se encontraban en una "barca en medio del mar, azotada por las olas; porque el viento era contrario" (Mateo 14:24).
Cuando casi perdían las esperanzas de salvarse aparece Jesús tranquilamente caminando sobre la tormenta... jaja...
Al leer la historia podemos darnos cuenta que el Dios que tiene absoluto control sobre todas las cosas podría haber evitado ese "viento contrario" y darles un viajecito tranquilo a los discípulos.
Pero entre miles, o tal vez millones de posibilidades, en Su cálculo perfecto, Dios determinó que lo mejor para esa situación era que soplara ese "viento contrario" y que la "barca" fuera "azotada por las olas".
De esa manera tuvieron el privilegio incalculable de ver a aquel que es "más sublime que los cielos" (Hebreos 7:26) "andando sobre el mar" (Mateo 14:25).
¡Y no solo eso!
¡Hasta lo hizo caminar a Pedro sobre la tormenta! (Mateo 14:28-31).
¿El resultado?
Lo vemos en el versículo 33: "Vinieron y le ADORARON".
¿La "tormenta perfecta"?.... Ahhhh.... ¡nada!.... Ni bien "subieron en la barca, se calmó el viento" (Mateo 14.33).
Solo una puesta en escena para ver la gloria de Dios y que así la creación tome el lugar correcto: adoración.
Así son todas nuestras necesidades y peticiones: un medio para que Dios sea glorificado.
Por esto Jesús dijo:
"Y todo lo que pidiereis al Padre en mi nombre, lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo"
(Juan 14:13).
Dios le dijo a David:
"E invócame en el día de la angustia; Te libraré, y tú me honrarás" (Salmo 50:15)
¿Dios puede ayudarte sin tu oración?
Por supuesto que sí.
Dios podría haber hecho las cosas de tal manera que no hubiera necesidad de que le digas lo que él ya sabe que necesitas o que alguien necesita (Salmo 139:4; Mateo 6:31,32).
Pero, no solo él trabaja en tu corazón mientras oras, no solo tienes comunión con él, sino que Dios quiere que lo glorifiques por medio de la oración.
Como escribió William MacDonald: "Deberíamos honrar a Dios con grandes peticiones porque EL es un gran Dios. Tengamos fe para esperar grandes cosas del Señor.
'Si al Rey vienes a ver
grandes peticiones debes traer
Su amor y poder tan grandes son
que jamás los excederá tu petición'" ("El Verdadero Discipulado". Pag. 49).
Tu oración DEBE glorificar a Dios. ¡Esa es la razón principal por la que debemos pedir a Dios!
Y es más, ¡ESA ES LA RAZÓN PRINCIPAL POR LA QUE DEBEMOS HACER TODO!
Me apasiona y deleita pensar que antes de crearte a ti y a mí, EL "preparó de antemano" (Efesios 2:10) un "propósito eterno" (Efesios 3:11). Un plan perfecto, "obras... para que anduviésemos en ellas" (Efesios 2:10).
Toda nuestra vida fue trazada con exactitud.
¡Nada sorprende a Dios!
Si dentro de un momento sales a caminar (por ejemplo), EL ya sabe hacia donde vas a ir y planeó un montón de cosas que van a suceder a tu alrededor, cómo te va a proteger y qué lecciones vas a aprender (entre otras cosas).
Lo que hace más interesante esto, es que existen incontables posibilidades que él podría permitir a tu alrededor en ese momento.
Si crees que Dios está al control de tu vida en todo lo que haces, eso significa que todo lo que te sucede y sucede alrededor tuyo, está controlado por Dios.
¿Llegamos a entender lo que eso significa?
Antes el Señor tuvo que pensar en incontables posibilidades para ese paseo tuyo y de esas infinitas posibilidades escogió la que EL creyó mejor para ti, para ese momento, para los demás y para SU GLORIA.
Piensa en cuantas personas te puedes cruzar en un paseo, cuantas cosas pueden suceder buenas o "malas", desde caerse un piano sobre tu cabeza hasta encontrarte un millón de dólares en el suelo..... Ufffff..... es INCONTABLE....
Pero Dios antes de crearte y de crearnos a cada uno de nosotros, pasó por cada una de esas INCONTABLES posibilidades y determinó cada momento eligiendo solo uno de ellos para cada instante de la vida de cada uno de nosotros....
Uffff...... la cabeza nos va a mil por hora de solo pensarlo.....
¡Gloria a nuestro Dios Infinito!
Así, de esta manera, EL podría haber creado el mundo de millones y millones de maneras diferentes. Pero Dios determinó que esta era la manera correcta.
Dios no necesita de tus oraciones. Pero EL determinó glorificarse por medio de tus oraciones.
Dios no necesita de tus canciones de alabanza. Pero EL determinó glorificarse por medio de tus canciones de alabanza.
Y así podemos continuar.
Muchas veces nos perdemos entre todo lo que Dios permite como medio para glorificarse.
Y no nos damos cuenta que simplemente se trata de una ventana para ver su gloria. Pero nosotros a veces nos enamoramos de la ventana. Otras veces vivimos preocupados por la ventana.
¡Esta es la meta central, correcta y eterna para vivir!
¡Esta es la meta central, correcta y eterna para ser músico en la Iglesia!
¡Esta es la meta central, correcta y eterna para participar en los tiempos de alabanza y adoración de tu Iglesia!
.... Y PARA CADA ALIENTO QUE TOMAMOS PARA RESPIRAR!
¡Glorifícate Señor!
Luis Rodas
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Etiquetas:
Consejos para músicos cristianos
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