“Venid en pos de mí” (Mateo 4:19).
Seguir a Jesús en aquellos días era literalmente dejar lo que uno estaba haciendo e ir con él a dondequiera que vaya.
Cuando un maestro te llamaba a seguirle significaba que te recibía como su discípulo personal. Y tú debías pasar tiempo con él.
Por esto leemos en los evangelios que "le seguía gran multitud” (Mateo 20:29; Marcos 5:24; Lucas 23:27; Juan 6:2), y cuando algo les molestó “muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él” (Juan 6:66).
Es así como en el pasaje que leímos al principio, Juan, Jacobo, Andrés y Pedro dejan su trabajo y se dedican a seguir a Jesús a todo lugar.
¿Debe ahora una persona dejar su trabajo o estudios para poder seguir a Jesús?
Ahora Jesús ya no es una persona en un cuerpo finito como el nuestro a la cual podemos ver y seguir de forma grupal. La forma de seguirle cambió cuando ascendió vivo a los cielos (Hechos 1:9). Ahora EL está con nosotros todos los días (Mateo 28:20) a través de Su Espíritu (Romanos 8:9) y el seguirle se concreta básicamente de cuatro maneras:
1- Aprender de EL (Efesios 4:20,21; Juan 16:13,14; Juan 17:20)
2- Poner en práctica lo que aprendemos de EL (Mateo 7:24-27; Santiago 1:22)
3- Ocuparnos en lo que el Maestro nos dice que debemos ocuparnos (Mateo 25:14-30)
4- Seguir su ejemplo y carácter (1 Pedro 2:21; Mateo 11:29)
De esta forma, el Maestro mandará:
- a algunos que dejen todo lo que estaban haciendo hasta el momento para dedicarse a un ministerio de tiempo completo, y así le seguirán.
- con otros el plan será que le sigan y sean fieles en lo que ya les confió (trabajo, estudios, etc…).
- mientras que otros discípulos se verán impulsados por el Maestro a cambiar de empleos, estudiar cierta carrera universitaria, casarse, permanecer solteros, etc...
Ya vemos un anticipo de esto en aquel ex endemoniado gadareno que quería seguir a Jesús, y el Señor le dice: “Vete a tu casa, a los tuyos, y cuéntales cuán grandes cosas el Señor ha hecho contigo” (Marcos 5:18,19).
PARA ESTO ES IMPORTANTE SABER
1- NO es lo mismo para todos.
Todos debemos tomar la cruz y seguirle (Lucas 14:27), pero lo que viene a significar esto para cada uno puede ser muy diferente.
2-Nadie más puede decirte qué debes hacer. Solo el Maestro. La Iglesia no llama, sólo puede confirmar un llamado (1 Timoteo 5:22; Hechos 6:1-6). El que llama es el Maestro de forma específica y tú serás el primero en tener la convicción al respecto.
Luis Rodas
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