LOS PRIMEROS AÑOS DE LA IGLESIA ¿Dónde empezó la Iglesia?



¿Donde empezó la iglesia?
Hay vieja discusión teológica sobre en qué momento comenzó la Iglesia nuevotestamentaria.
Algunos dicen que nació en Pentecostés, otro dicen que comenzó cuando Jesús sopló y los discípulos recibieron el Espíritu Santo (reflejado en Juan 20:22,23), y otros dicen que esto ocurrió al resucitar Jesús.
Pero lo cierto es que en ninguna parte de la Biblia dice el día exacto en que la Iglesia nació.
El termino “Iglesia” viene de la palabra griega “ekklesía”. El doctor en teología William Barclay lo explica así: “En los grandes días de la Atenas clásica, la ekklesía era la gente convocada y reunida en asamblea... Para griegos y romanos la palabra era familiar en el sentido de asamblea convocada”.
Esta palabra, “ekklesía”, significa literalmente “llamar fuera”. Y se refiere a convocar a personas a que dejen sus ocupaciones y quehaceres personales para una reunión o asamblea.
Por lo que en el sentido más riguroso de la palabra, la “ekklesía” o Iglesia, comenzó en el momento en que Jesús llamó a sus apóstoles a seguirle.  Ellos, dice la Palabra, que “dejándolo todo, le siguieron” (Lucas 5:11).
Pero, repito, la Palabra no dice concretamente cuál fue el primer día de la Iglesia. Y tampoco incide en la esencia de este estudio.

Desde la resurrección
Bajo mi propia convicción, creo que la Iglesia ya era una realidad en el día de Pentecostés, y en ese día simplemente la Iglesia, ya existente, recibió el poder del Espíritu Santo (poder indispensable) para servir al Señor.
Por una cuestión practica vamos a comenzar a estudiar desde la resurrección de Jesús.
40 días con Jesús
Al resucitar el Señor pasó 40 días con los discípulos. Lucas en el libro de los Hechos escribió que Jesús “se presentó vivo con muchas pruebas indubitables (pruebas convincentes), apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles del reino de Dios” (Hechos 1:3).

En estos 40 días el Señor les dio la comisión de “Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura” (Marcos 16:15), y también “Id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo” (Mateo 28:19,20).

Por lo que podemos ver que la Iglesia primitiva contaba con esa misión muy clara:
1- Debían ir por todo el mundo.
2- Su predicación debía ser el evangelio
3- La Iglesia no se conformaba de simples creyentes, sino de discípulos. Ellos debían formar discípulos (“haced discípulos a todas las naciones”).
4- Debían bautizarlos
5- Enseñar a los discípulos que “guarden” todas las cosas que él les había mandado.
La palabra “guarden” viene del griego “teréo” (cuidar que algo no se pierda o dañe, conservar, custodiar, reservar).


Luis Rodas


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