Cultiva la humildad, encuentra señales de gracia en otros (1) CULTIVANDO UN CARÁCTER PIADOSO



“Acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe” (1 Tesalonicenses 1:3)

Una tendencia del orgullo es el olvidar que si no somos “lobos vestidos de oveja” (Mateo 7:15), es pura y exclusivamente por la gracia de Dios.
Otra tendencia muy normal del orgullo es un gusto secreto por encontrar errores en hermanos genuinos. Algo ocultamente interno siente paz al ver sus errores.
No sólo por calmar nuestra conciencia, sino porque el orgullo encuentra un escalón allí para elevarse otra vez por encima del resto (Isaías 65:5).
Descubrimientos como: “se enojó”, “no sabe tal doctrina”, “habló mal de otra persona, es un criticón”, “esa hermana tiene su casa desordenada”, etc, etc…. son alegría para el orgullo que ama el error del otro para mantener su cabeza mirando por encima de todos los demás.

REMEDIOS
1- Es necesario recordar que, si acaso sucede que tenemos una milimétrica gota que nos distingue de algún otro, es que lo hemos recibido por gracia (1 Corintios 15:10), y la causa de esta gracia es simplemente porque a Dios le ha placido (Efesios 1:9,10).

2- Necesitamos mortificar nuestro orgullo. Y un medio útil para esto es el buscar de forma consciente y constante señales de la gracia de Dios en nuestros hermanos.
¿En que rasgos de la vida de tu hermano se ve la actividad de Dios?
En vez de concentrarnos en sus errores, ¿qué tal si por cada deficit que se ve buscamos algunas cuantas virtudes?

Sin duda el apóstol Pablo fue un ejemplo de esta práctica piadosa.
Le escribe una carta a aquellos hermanos en Tesalónica. Ellos eran nuevos creyentes, sin experiencia, muy inmaduros aún, con apenas, máximo, 4 meses de discipulado por parte de Pablo, Timoteo y Silas (Hechos 17:1-10).
Sin duda tendrían infinidad de aspectos por mejorar.
Pero al leer la primera carta que les escribe, vemos a un hombre piadoso y maduro encontrando señales de la gracia de Dios en ellos.
Ya sólo en el primer capítulo leemos:
- “Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros” (1:2)
- “la obra de vuestra fe” (1:3)
- “del trabajo de vuestro amor” (1:3)
- “de vuestra constancia en la esperanza” (1:3)
- “habéis sido ejemplo a todos” (1:7)
- “partiendo de vosotros ha sido divulgada la Palabra del Señor” (1:8)
- “vuestra fe en Dios se ha extendido” (1:8)
- “os convertisteis de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero” (1:9)

Cuanto necesitamos buscar señales de la gracia de Dios en nuestros hermanos en la fe y esposas/os.

De forma consciente, constante y determinada haz la prueba por unos días de buscar señales de la actividad de Dios en la vida de tus hermanos.
Si no lo estabas haciendo, verás un gran cambio de perspectiva hacia ellos, y descubrirás como, aún, esto produce una idea más sensata acerca de ti mismo.
Luego lucha por cultivar esta práctica por el resto de tu vida.


Luis Rodas


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