“Así que, hermanos, estad firmes” (2 Tesalonicenses 2:15)
Continuamos profundizando en los consejos para persistir en las Escrituras:
DISCIPLINARNOS
La disciplina y la persistencia son dos grandes amigas inseparables. Su amistad es tan profunda que no podría existir una sin la otra.
Como hablamos en los últimos devocionales, no podremos persistir aferrados a lo que la Palabra de Dios enseña si:
no sabemos lo que la Palabra enseña. ¿Cómo aferrarnos a lo que no conocemos?
no nos sometemos mansamente a las Escrituras.
¡Para esto la disciplina es vital! (1 Timoteo 4:7).
Una definición sencilla que nos ayude a entender esto es: alguien disciplinado es una persona que respeta, cumple, la disciplina.
Llevado a la práctica, la disciplina es aquello que decidimos hacer y lo llevamos a cabo de forma regular pase lo que pase.
¡Esta forma de vida disciplinada es lo que hará que todo lo que te has propuesto hacer, por la gracia y voluntad de Dios, puedas hacerlo! ¡Incluido el estudio serio de las Escrituras!
¡De esta manera tu vida pasa a tener un orden, dirección y progreso metódico! Ya no eres dominado por la urgencia, los deseos carnales, los apremios de otras personas, los afanes y los impulsos emocionales.
¿Qué haces a cada momento?
Lo que tu disciplina marca.
Y como sabiamente escribió R. Kent Hughes: “¡Sin disciplina no hay discipulado! ¡Sin esfuerzo no hay santificación!” (“Disciplines of Godly Man”. Pag. 15).
(Proverbios 24:30-34)
En el devocional de mañana, si Dios quiere, continuamos con algunos consejos al respecto…
Luis Rodas
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Etiquetas:
Cultivando un carácter piadoso
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