Yo he participado en esas reuniones de liderazgo donde algún aprendiz de experto de mercadeo comienza a hacer números: "Si este año cada miembro de la Iglesia trae dos personas, hoy somos 200. Pero el año que viene seremos 600. Y si al año siguiente cada miembro de la Iglesia trae dos personas, al otro año seremos 1800.
Si hacemos esto cada año, en 10 años hemos convertido toda la ciudad".
¡Eso no es más que el gerente de McDonald's metido en la Iglesia!
El reino de los cielos NO funciona así.
Por supuesto nosotros hacemos lo que Dios nos mandó a hacer, pero es EL quien añade a la Iglesia los que han de ser salvos (Hechos 2:47).
Nosotros podemos meter gente en un edificio, pero no podemos hacer nacer de nuevo a nadie, no podemos hacer que amen a Dios genuinamente.
Y si metemos en el lugar de reunión de la iglesia más y más gente que no es nacida de nuevo como si lo fuera, y encima les damos tareas para animarlos, sólo le haremos daño a la Iglesia. Jesús dijo: "el que conmigo no recoge, desparrama" (Mateo 12:30).
Luis Rodas
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Etiquetas:
Iglesia
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