Al pastor se lo vio muy preocupado en la reunión de ancianos. Explicó reiteradas veces que está consternándolo el hecho de que los hermanos no entiendan que la Iglesia no es de un hombre. Que la congregación la desarrollamos entre todos y requiere el compromiso de todos. Se trata de un cuerpo, una unión de miembros iguales en importancia para la gloria eterna de Dios. “Es como si no entendieran, por alguna razón, que la figura central de South Central Community Church no es ningún hombre” narró el pastor Johansson. Y agregó: “Nuestra figura central es Cristo Jesús nuestro Redentor y Señor”.
“Amén” dijo alguien tenue y pausadamente. Pero cuando busqué quien había dicho ese “amén”, podría casi jurar que fue el hermano Larry Carlman. Y tenía una cara tan sarcástica y burlona como un niño que acaba de robarse algo de la habitación de su hermano. Hasta ahora no entiendo por qué.
Al terminar la reunión se elevaron plegarias para que Dios envíe claridad en este tema tan crucial.
Luis Rodas
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Un cristianismo en fuga
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