Gratitud en abundancia



“Abundando en acciones de gracias” (Colosenses 2:7).

Las Escrituras tienen muchas características que las convierten en un tesoro invalorable, y una de ellas es que con muy pocas palabras logra desarmarnos… despedazarnos diría….
 ¡Este sin duda es uno de esos casos!
 Leo esto en la carta de Pablo a los colosenses y algo en mí se inquieta ansiosamente.
“Abundando en acciones de gracias”.
Tengo algunas opciones:
a- busco en el griego original para ver si se refiere a otra cosa
b- miro para otro lado como si no hubiera leído nada
c- me miro en este espejo para morir un pasito más (Santiago 1:23)

 Quizás debamos mirarlo un poco.

DOS EXPRESIONES
1- La primera palabra, “abundando” ("perisseúo” en griego), se refiere a “exceder el usual número o medida” (“New International Dictionary of NT Theology”).

2- La segunda expresión, “acciones de gracias”, no se refiere a simplemente imaginar que estamos agradecidos a Dios, sino a acciones concretas donde MANIFESTAMOS de alguna manera gratitud.

DOS COSAS A TENER EN CUENTA
1- Este texto no está contando un hecho excepcional que hizo alguna otra persona. Dios nos manda a través del apóstol Pablo a vivir esto.
2- Pablo nos exhorta a abundar en acciones de gracias estando preso por el evangelio (1:24; 4:10).
 ¿Tendría razones para luchar con la gratitud en su vida?
Sin duda.
 Pero sólo en la carta a los hermanos en Colosas encontramos 6 referencias a la gratitud en apenas 4 capítulos (1:3,12: 2:7; 3:15,17; 4:2).

UN EJEMPLO
 Algunos años atrás murió de cáncer un hermano en la fe muy amado. Pasé junto a él sus últimos meses en el hospital.
 Casi al final de su vida su cuerpo no resistía la comida, por lo que cualquier mínimo intento volvía por su boca hacia afuera. Las veces que sucedió, él decía: “Uhhh…. le agradezco al Señor. EL hace que esto que devuelvo tenga buen sabor en mi boca”.
 Ante cosas así yo no podía hacer más que mirarlo y callar. EL apenas tenía un año en Cristo.
 ¿Qué podía hacer al verlo retorcerse de dolor y usar el poco aliento que le quedaba para decir un tembloroso “gracias Señor”?

 Este fue, sin duda, para mí y para todos los que tuvimos el privilegio de verlo, el mejor ejemplo visible de “exceder el usual número o medida” de “acciones de gracias”.
 Ante todo esto, ¿cómo puedo decir que mi vida se asemeja en algo al “abundar en acciones de gracias”?


Luis Rodas


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