9- Exhortación contra el quietismo y el hipnotismo 1 parte



Hoy vamos a comenzar con la segunda parte de esta serie. La primera parte se trató de lo que Dios hizo por nosotros. Los 3 primeros capítulos de Efesios nos hablan de la obra de Dios por sus hijos.
Ahora veremos los siguientes 3 capítulos que nos enseñan cual es la reacción lógica a los primeros 3 capítulos.

Podríamos decir con seguridad que a Efesios 1:3 se le podría añadir 2 puntos al final para facilitar la comprensión de los 3 primeros capítulos de la carta:
Efesios 1:3 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo".
El resto de los 3 primeros capítulos de Efesios son el desarrollo de que Dios “nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”.

Así también podríamos añadirle 2 puntos a Efesios 4:1. Porque el resto de Efesios simplemente desarrolla lo que Pablo sintetiza en ese primer versículo.

¿A qué se refería Pablo diciendo que Dios “nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”?
“Antes de la fundación del mundo” (Efesios 1:4) Dios “se propuso en sí mismo” (Efesios 1:9) de “escoger en Cristo” (Efesios 1:4) un pueblo.
Aun no existía el mundo cuando Dios predestinó eso. Pero “antes de la fundación del mundo” Dios ya nos “bendijo con toda bendición espiritual” en la esfera que él habita “en las regiones celestes” (Efesios 1:3), en la esfera sin tiempo, en la eternidad, por eso a todo este plan lo llama Efesios 3:11 el “propósito eterno” ya que esto nació “desde los siglos en Dios” (Efesios 3:9).

A este pueblo Dios lo predestinó para hacerlo un pueblo “santo y sin mancha delante de él” (Efesios 1:4), lo amó antes de que venga a la existencia (Efesios 1:5), lo hizo para “alabanza de su gloria” (Efesios 1:6,12,15; 2:7).
En el cumplimiento del tiempo envió a Su Hijo y  lo “hizo acepto en el Amado” (Efesios 1:7), lo redimió de la esclavitud del pecado, perdonando sus pecados (Efesios 1:7), les dio fe y los salvó por gracia (Efesios 2:8,9), los hizo nuevas criaturas y preparó buenas obras para que haga (Efesios 2:10), le dio “sabiduría e inteligencia” para que conozca su voluntad (Efesios 1:8,9), le dio “herencia” junto a Su Hijo (Efesios 1:11, 3:6), lo selló con el Espíritu Santo (Efesios 1:13,14), y le dio lugar como reyes con Cristo Jesús en el lugar donde primero fue determinado lo que Dios iba a hacer con ellos: los lugares celestiales (Efesios 2:6).
La “supereminente grandeza del poder” de Dios que resucitó a Jesús “de los muertos” es el mismo poder que actúa en el pueblo de Dios para llevarlo finalmente (Efesios 1:19,20) hasta la “redención de la posesión adquirida” (Efesios 1:14).
“Y aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros” (Efesios 3:20) nos llevará a la "Tierra prometida”, a la "ciudad del Dios vivo” (Hebreos 12:22); “la ciudad que tiene fundamentos, cuyo arquitecto y constructor es Dios” (Hebreos 11:10)

Esta es una breve síntesis de toda esa “bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo”.

Luego de todo el desarrollo de lo que Dios ha hecho por nosotros y del propósito eterno de Dios y de terminar alabando a Dios en Efesios 3:21, Pablo escribe Efesios 4:1:
"Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados".

El resto de Efesios es un desarrollo de este versículo.
En los primeros 3 capítulos vemos una obra gloriosa por nosotros. Podríamos confundirnos y pensar: “Ya no hay nada que hacer. Solo relajarnos. Ya está todo hecho”.
Pero, no solo esto sería un error de comprensión de Efesios, sino que como escribió Donald Guthrie en el “Nuevo Comentario Bíblico” no debemos usar esto “como una excusa para la irresponsabilidad espiritual” (Pag. 820).

Los primeros 3 capítulos de Efesios son:
1- La explicación del guía a donde vamos en nuestro peregrinaje (como un guía turístico que explica el itinerario del día).
Nos habla de las hermosas montañas que veremos, los ríos cristalinos, los bosques coloridos y frondosos, la puesta de sol, etc, etc...

2- Pero no es solo esto. Dios no solo nos dice hacia donde vamos en este peregrinaje en el que él nos está llevando. También nos da una certeza: EL es poderoso para llevarnos hasta el final del camino: Efesios 3:20,21 "Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros, a él sea gloria en la iglesia en Cristo Jesús por todas las edades, por los siglos de los siglos. Amén".

Por esto estos 3 capítulos son expresados como una obra ya completa.

Pero Efesios 4:1 nos enseña nuestras responsabilidades para que el viaje llegue a su destino:
Efesios 4:1 "Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados".

Algunos imaginan que fueron llamados a emprender este viaje y como el Dios que los llamó es Todopoderoso pueden apagan el motor del coche, acomodarse y dormir tranquilos hasta que aparezcan en el final del peregrinaje.
¡Esta es una idea contraria a lo que enseñan las Escrituras!
El pastor bautista reformado del siglo pasado, Albert Martin, explica que así hay muchos que “dañan la enseñanza bíblica por medio del quietismo” (“Unión con Cristo”. Pag. 20,21).

John MacArthur: “Algunos cristianos afirman que ya no importa lo que hagan con sus vidas, porque así como nada que pudieran haber hecho los pudo salvar, de igual manera ninguna cosa que hagan ahora puede hacer que pierdan su salvación. La verdad es que el Espíritu Santo nunca podría guiar a un cristiano a hacer una afirmación tan necia e irreverente” (“Comentario de Romanos”. Pag. 457).
Aquí MacArthur no está hablando de si la salvación se puede perder o no. Aquí  habla de ciertos creyentes que creen en el “quietismo”.
“Yo no tengo nada que hacer. Si algo tiene que ser hecho, ya lo hará el Señor en mí”.
A eso no solo lo podríamos llamar “quietismo” sino “hipnotismo”:. Por eso John MacArthur también escribe: “Una persona no es transportada pasivamente de la esclavitud en el reino de tinieblas de Satanás a la esclavitud en el reino de luz de Dios. La salvación no ocurre aparte de un acto de compromiso por parte del creyente. La obra de salvación que cambia por completo su vida se debe al poder de Dios únicamente, pero no obra aparte de la voluntad del hombre. Dios no tiene en su familia hijos que los sean en contra de su voluntad, no existen ciudadanos involuntarios en su reino” (“Comentario de Romanos”. Pag. 391).

Dios no te va a hipnotizar para que le obedezcas.

William Hendriksen escribe sobre los primeros 3 capítulos de Efesios: “Nada de esto anula en forma alguna la responsabilidad humana. Al contrario, más bien aumenta el sentido de la obligación del hombre hacia su Benefactor para dedicarle su vida” (“Comentario de Efesios”. Pag. 12).

Esto es lo mismo que encontramos en la carta de Pablo a los hermanos en Roma. El relata en 11 capítulos la obra grandiosa de salvación de Dios, Su propósito eterno y Soberano y termina el capítulo 11 con una explosión de alabanza. Y en el versículo siguiente escribe:
Romanos 12:1 "Así que, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios, que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios, que es vuestro culto racional".

De hecho en griego usa exactamente las mismas palabras, que aquí la RV60 traduce “Así que, hermanos, os ruego”... y agrega “por las misericordias de Dios”. ¿Cuales? Las que enumeró en los 11 capítulos anteriores.
¿Qué nos ruega Pablo por las misericordias de Dios o bendiciones espirituales que recibimos?
“Que presentéis vuestros cuerpos en sacrificio vivo, santo, agradable a Dios”.


Luis Rodas


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