“El bueno alcanzará el favor de Jehová” (Proverbios 12:2).
Aquí no se refiere a la salvación final de nuestras almas. Como si fuera que el “bueno” es quien la “alcanzará".
Mas bien la Palabra de Dios en este versículo pondera una preciosa gracia de Dios que opera en el creyente: la benignidad.
Y afirma que Dios favorece a quien la ejerce: “el bueno alcanzará el favor de Jehová”.
Presentada en Gálatas 5:22 como “fruto del Espíritu”, y en Colosenses 3:12 como vestidura de los “escogidos de Dios”; ¿qué es la benignidad?
William Perkins (1558-1602):
“La benignidad es una virtud por la que compartimos a otros las buenas cosas que Dios nos concedió, para su bien y su provecho.
El apóstol Pablo se refiere a ella en Romanos 12:13, al mandar: 'compartiendo para las necesidades de los santos’.
Pregunta 1: ¿Qué compartimos a otros?
Respuesta: Desde nuestros bienes de este mundo hasta nuestras mismas vidas, si fuere necesario.
‘En esto hemos conocido el amor, en que EL puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos’ (1 Juan 3:16).
Pregunta 2: ¿Por qué debemos hacer esto?
Respuesta: Todos los genuinos creyentes somos miembros de un mismo cuerpo; y ‘miembros los unos de los otros’ (Efesios 4:25).
Y esto le agrada a Dios, que los hombres sean instrumentos de beneficio mutuo los unos de los otros.
La benignidad que concierne a lo físico y temporal tiene muchas posibles acciones: suplir de alimentos al que está pasando necesidad, albergar al que no tiene donde vivir, dar ropa al que carece de ella, visitar al enfermo y al que está en prisión (Mateo 25:35,36).
Ayudar con toda liberalidad a aquel que está decaído y empobrecido.
‘Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre’ (Deuteronomio 15:7).
Mientras que la benignidad que concierne al alma, es esforzarse, en parte a través de las palabras, en parte a través de nuestro ejemplo, para ser de provecho a las almas de otros.
De 4 maneras según 1 Tesalonicenses 5:14:
- ‘amonestar a los ociosos’
- 'alentar a los de poco ánimo’
- 'sostener a los débiles'
- 'ser pacientes para con todos’
La benignidad es muy difícil de encontrar en estos días entre los hombres. La práctica común está de acuerdo al proverbio popular: ‘Cada hombre por sí mismo y Dios por todos nosotros’.
La búsqueda del hombre es la de conseguir comodidad, honores y riquezas para ellos mismos, mientras que el bien común no está contemplado”
(“The Works of”. Vol. 2).
La benignidad es extender nuestro pensamiento más allá de nosotros mismos y de nuestros propios intereses, e interesarnos genuinamente en la felicidad y el bienestar de otros.
Gálatas 6:9,10: “No nos cansemos, pues, de hacer bien; porque a su tiempo segaremos, si no desmayamos. Así que, según tengamos oportunidad, hagamos bien a todos, y mayormente a los de la familia de la fe”.
Luis Rodas
.
0 comentarios:
Publicar un comentario