Marshall Sherley:
"Nadie anhela estar en crisis. Pero ahí es donde nos encontramos a menudo, especialmente como líderes. La crisis puede ser personal, o puede ser organizacional: una crisis financiera, un conflicto doloroso, un problema de salud, una crisis de fe, fracaso público, una pérdida costosa, un momento de decisiones controvertidas, o algún otro momento decisivo de alta intensidad.
En el lado positivo, los momentos de crisis son a menudo los tiempos que Dios hace su mejor trabajo. Pregunta a casi cualquier creyente maduro, y ellos te dirán que crecieron más como persona, como cristiano, durante las temporadas de pérdida, dolor y crisis de lo que lo hacían en cualquier otro momento.
Mientras que nadie anhela crisis personales, el dicho es cierto, sin embargo: 'una crisis es demasiado valiosa como para no aprovecharla'.
En un sermón, Bruce Thielemann llama a estas crisis 'momentos de fundición'. Él describe esos momentos en el que el metal se ha calentado lo suficiente como para darle forma y trasnformarlo en algo útil. Y cuando las cosas se enfrían, ya es demasiado tarde.
Del mismo modo, la crisis es una oportunidad a corto plazo para hacer algún bien a largo plazo".
(senior editor de Leadership Journal)
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