de poner en orden la historia de las cosas
que entre nosotros han sido ciertísimas"
(Lucas 1:1).
En las primeras palabras de Lucas encontramos un vocablo griego que puede sernos muy útil para entender los evangelios: “diégesis”(“historia”).
Teón, el famoso retórico del siglo II a. C. definió en su momento "diégesis" como "una exposición de hechos ocurridos".
Lucas no está poetizando o brindándonos alegremente algunas teorías sobre el cristianismo. El está reflejando a una Persona y su "historia".
Se trata de "una exposición de hechos ocurridos". Hechos expuestos con plena certeza: "la historia de las cosas que entre nosotros han sido ciertísimas" sobre Jesús.
¿En qué se basa para tanta convicción?
1- Lucas formó parte de un grupo de hermanos privilegiados que fueron "enseñados por aquellos que desde el principio lo vieron con sus propios ojos" (Lucas 1:2).
2- Lucas realizó una "investigación con diligencia" (Lucas 1:3) del caso con la misma seriedad, esmero y precisión que conlleva una investigación médica.
Usa 3 términos médicos en 3 versículos:
- "diégesis" ("historia") en 1:1.
- "autóptes" ("lo vieron con sus ojos") en 1:2: de donde deriva nuestra palabra "autopsia".
- "parakoloudseo" ("haber investigado") en 1:3.
El habló con los testigos e investigó minuciosamente los hechos.
LA VERDAD
Esto lo lleva a afirmar que se trata de "la verdad de las cosas" (1:4).
El relato que tenemos de los evangelios no es una opinión o posibilidad.
Lucas no escribe dejando lugar a otras versiones, posturas o interpretaciones de la vida de Jesús. El afirma, de forma absoluta y con autoridad, que lo que Dios nos dio en los evangelios, es “bien la verdad de las cosas” (1:4).
La frase “bien la verdad” utiliza la expresión griega “asfáleia” la cual en Hechos 5:23 usan ciertos guardias: “por cierto, la cárcel hemos hallado cerrada CON TODA SEGURIDAD”.
Son cosas “ciertísimas” (“pleroforéo” en griego): “aparecen ejemplos de esta palabra en los papiros para concluir un asunto legal o financiero de un modo total” (A.T. Robertson en “Comentario al Texto Griego del NT”).
Y no sólo la verdad de lo que sucedió, sino que es la verdad en sí, ya que Jesús habló no una verdad, sino la verdad (Juan 18:37). Cuando el Señor hablaba, lo que salía de su boca era la Palabra de Dios (Lucas 5:1), por tanto la verdad. Ya que EL mismo era Dios (1 Timoteo 3:16), y la verdad misma (Juan 14:6).
¡Gracias Señor por el "fortísimo consuelo" (Hebreos 6:18) en los evangelios!
Luis Rodas
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Amén, cuando amamos al Señor y queremos conocerle más y más, eso nos lleva a indagar examinar estudiar escudriñar las escrituras no solo para informarnos sino para vivirlo y dar testimonio del Señor Jesús.
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