ÉXITO: LA MEDITACIÓN ES DECISIVA - Primeros pensamientos del día

“Sino que en la ley de Jehová

está su delicia,

y en su ley medita de día y de noche”

(Salmo 1:2)

Este primer salmo nos presenta un éxito santo y con resultados eternos: que nuestra vida dé fruto para Dios en el momento oportuno (verso 3).

Y también nos presenta una gran y eficaz clave para lograrlo: que nuestra vida no sea dirigida por la influencia de “malos”, "pecadores” y “escarnecedores” (verso 1), sino por la meditación en la Palabra de Dios (verso 2).

¡Esto es lo que estuvimos viendo en los últimos devocionales!

Pero nos queda una pregunta útil: ¿Qué es “meditar de día y de noche" en "la ley de Jehová”?

Meditar en la Palabra es más que sólo leerla.

Y no sólo eso: meditar en la Palabra es más que sólo recordarla.

William Bates (1625-1699) explicó: “La meditación es el ejercicio serio del entendimiento, en el cual nuestros pensamientos son fijados en la observación de asuntos espirituales para llevarlos a la práctica” (“The Works” Vol. 3. Pag. 115)

Es “repensar, ponderar y digerir... las grandes realidades espirituales que la Biblia nos revela" (Oliver Heywood - “Heart Treasure”. Pag. 251).

Para esto “la mente debe habitar sobre ciertos pensamientos sin fluctuar, ni dejarlos ir, hasta que se obtiene algún provecho espiritual” (Joseph Hall - “The Works” Vol. 7).

Como muy bien escribió Thomas Watson (1620-1686), “sin meditación, las verdades que conocemos nunca afectarán nuestro corazón” (“A Treatise Concerning Meditation”. Pag. 35).

Podemos leer las Escrituras en cierto momento del día, pero es necesario que continuemos, como enseña el verso que leímos al principio, “de día y de noche" meditando, reflexionando y examinándonos en base a lo leído. ¡Esto es decisivo!

William Bates (1625-1699): “La gran razón por la que algunos empeoran y a otros no se les ve el más mínimo progreso, es porque ellos no son serios y constantes cada día en este deber” (“The Works” Vol. 3. Pag. 123).

Thomas Watson (1620-1686): “Meditar es como regar la semilla, esto es lo que hace que el fruto de la gracia florezca” (“A Treatise Concerning Meditation”. Pag. 2).

Luis Rodas