Jesús: la fuente de todo



"De su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia" (Juan 1:16)

Conozco un matrimonio que en su noviazgo tomó la decisión firme de casarse. Ellos tenían la plena convicción de que esa era la voluntad de Dios.
El problema era que económicamente no tenían nada. Ni aún un lugar para vivir.
Por la gracia de Dios tuvieron una hermosa boda y alguien les regaló un precioso viaje de 10 días.

Pero pronto se encontraron con el primer obstáculo. Dos días antes de volver a la ciudad donde vivían tomaron consciencia de que no tenían a donde volver.
Esa mañana oraron como niños y él le dijo a su esposa: "¿Sabes?… No tenemos nada. Ni aún donde vivir. Pero tenemos LA FUENTE DE TODO. La fuente de todo será suficiente".

Ya pasaron más de 15 años, y ellos a veces con lágrimas en los ojos, cuentan que la "fuente de todo" no ha dejado nunca de brotar suficientemente vez tras vez.
Con el correr de los años han renunciado varias veces a todo lo que tenían para servir a Cristo en diferentes lugares, y la "fuente de todo"siempre, sin falta, ha sido suficiente.
Así podemos nosotros beber suficientemente de esa fuente de todo.

Ellos no tenían nada…

Tú… ¿de qué tomas consciencia que no tienes nada?
¿Ves tu incapacidad para ser santo con tus ojos?
¿Te desanimas al ver que no puedes pastorear el corazón de tus hijos hacia el Señor?
¿Intentas tener una vida devocional diaria y el fracaso te golpea continuamente?
¿La queja y la crítica te dominan?
¿Qué te lleva a verte como una vasija absolutamente seca e inútil?

Jesús es la fuente de cuya "plenitud tomamos todos". Fuente a la que no le influye que tan vacío te encuentras. Ella no deja de desbordarse abundantemente sin medida. Siempre está plena y fluyendo. Rica, suficiente y motivada por una sola cosa: se trata de "gracia sobre gracia".

Ve a Cristo en tu necesidad. Acércate a la fuente y bebe de EL.
De EL habla aquel precioso himno del siglo 18:

"Ven, tú, fuente de cada bendición,
afina mi corazón
para que cante de tu gracia,
que las corrientes de misericordia que nunca cesan,
convoquen canciones de alabanza en alta voz...

Soy propenso a deambular,
a dejar a quien me amó.
Aquí está mi corazón, tómalo y séllalo
para tus atrios eternales...

¡Oh de la gracia cuán gran deudor
diariamente estoy obligado a ser!
Tu bondad sea una alianza
que una a ti mi errante corazón"

(Robert Robinson - "Come, Thou Fount of Every Blessing". 1758)

Luis Rodas


.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Instagram

Haz click AQUÍ

Twitter Updates

Sobre mí