No confundamos sana doctrina con una religión más económica



Para entender mejor esta segunda parte de "El diablo también usa el versículo 'que contendáis ardientemente por la fe'" te recomiendo que leas primero la anterior:
- 1- El diablo también usa el versículo "que contendáis ardientemente por la fe"

Los 3 versículos siguientes de la carta de Judas sirven de sustento a la advertencia del versículo 4 que sentencia que Dios aborrece el "libertinaje" de tal manera que todo aquel que practica el pecado, caerá en "condenación".

Como base para esta sentencia tan terrible usa 3 ejemplos bíblicos:
1- la "condenación" del pueblo de Israel en el desierto
2- la "condenación" de los ángeles que pecaron
3- la "condenación" de Sodoma y Gomorra

Leamos:
"5 Mas quiero recordaros, ya que una vez lo habéis sabido, que el Señor, habiendo salvado al pueblo sacándolo de Egipto, después destruyó a los que no creyeron.
6 Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día;
7 como Sodoma y Gomorra y las ciudades vecinas, las cuales de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, fueron puestas por ejemplo, sufriendo el castigo del fuego eterno"
(Judas 5-7).

Judas advierte a los destinatarios de su carta, como anteriormente Pedro (1 Pedro 2:3-9) y luego Juan (1 Juan 3:7,8), que ni se imaginen que el "libertinaje" tiene algo que ver con la "gracia", sino que por el contrario, Dios aborrece de tal manera la inmoralidad, que "destruyó" casi una generación entera en el desierto (Judas 5), envió a "prisiones eternas" a los "ángeles que no guardaron su dignidad" (Judas 6) y derramó "el castigo del fuego eterno" sobre "Sodoma y Gomorra" (Judas 7).

Pero no se trata SÓLO de inmoralidad
Luego de este argumento tan fuerte, Judas menciona 3 características de estas personas que lo llevaron a ver tan "necesario escribir exhortando" (Judas 3) a través de esta carta.

"No obstante, de la misma manera también estos soñadores mancillan la carne, rechazan la autoridad y blasfeman de las potestades superiores" (Judas 8).
1- Inmoralidad
2- Rechazan la autoridad
3- No tienen temor de hablar mal de quien sea, aun de "las potestades superiores"

El primer punto es el que recién vimos.
Judas describe a "soñadores (que) mancillan la carne".
Esto designa a personas que movidos por sus deseos viven en inmoralidad.
Cuando Pedro en su 2ª epístola detalla las mismas 3 características, amplía diciendo: "aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia" (2 Pedro 2:10).
¡Judas nos enseña que estas cosas deben ser confrontadas en la Iglesia!

Pero no se queda ahí
La segunda característica que nos brinda Judas, es: "rechazan la autoridad".
Y esto, creo, es un punto, no menor, que muchas veces ignoramos al usar la carta de Judas para nuestra "defensa de la fe y la sana doctrina".
El escritor de la epístola tuvo "gran solicitud", ya que veía "necesario" escribir "exhortando" a la Iglesia a que "contienda ardientemente por la fe", debido a que ciertas personas dentro de las congregaciones, no solo practicaban el "libertinaje", sino que, dice Judas: "rechazan la autoridad".

John MacArthur explica que, estas personas, "rechazaban toda autoridad civil y espiritual" ("Biblia de Estudio MacArthur". Pag. 1841).
Estos andaban "según sus propios deseos" (Judas 16) y no aceptaban ningún tipo de autoridad sobre ellos.

Igual que Coré
Así caían en "la contradicción de Coré" como dice el versículo 11 de la carta de Judas.
O como la versión Peshitta lo traduce: "la rebelión de Coré".
Coré fue un hombre que lentamente rebeló a Israel contra Moisés y Aarón.
Un día, cuando ya su trabajito de "rebelión" había dado su fruto, él y todos sus seguidores, se presentaron ante Moisés y Aarón, "y les dijeron: ¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?" (Números 16:3).

Coré y su séquito se cansaron de tener una autoridad sobre ellos, y se dijeron: "¿Por qué tenemos que someternos a Moisés y a Aarón cuando podemos ser nosotros nuestros propios líderes? ¿Qué tienen ellos que no tengamos nosotros? Somos todos iguales... Toda la congregación, todos ellos son santos... Basta ya de autoritarismo...".
El fin de la historia es que "abrió la tierra su boca, y los tragó a ellos, a sus casas, a todos los hombres de Coré, y a todos sus bienes... También salió fuego de delante de Jehová, y consumió a... doscientos cincuenta hombres" (Números 16:32,35).

Al leer las palabras de Coré y sus seguidores, parecían tener un gran vivo celo por la libertad en la congregación.
En Números 16:13 ellos se quejan ante un supuesto abuso de autoridad de Moisés y le dicen que termine de "enseñorearse de (ellos) imperiosamente".

Dos clases
Hoy en día, existen infinidad de casos de hermanos humildes y temerosos de Dios que han sido movidos por el Señor y han denunciado la inmoralidad, abusos y herejías de ciertas "iglesias", y luego, se fueron de ellas para congregarse en Iglesias fieles a la Verdad.
¡Esto es una realidad! Y es una obra de Dios.

Pero, también debemos decirlo, y es llamativo lo poco o nada que se habla de esto, que infinidad de personas, aprovechando el auge en los últimos años de frases como "la denuncia de la apostasía", la "defensa de la fe y la sana doctrina" y demás, vieron la oportunidad perfecta para "rechazar toda autoridad" (como las personas de Judas 8).

Estos, en nombre de "contender ardientemente por la fe" (Judas 3), no aceptan la autoridad de nadie, y usan las mismas palabras de Coré contra cualquiera que los intenté pastorear: "¡Basta ya de vosotros! Porque toda la congregación, todos ellos son santos, y en medio de ellos está Jehová; ¿por qué, pues, os levantáis vosotros sobre la congregación de Jehová?" (Números 16:3).

¿Nueva etapa?
Así, se van de su congregación porque el pastor les aconsejó algo que les pareció muy duro, y comienzan su nueva etapa de "sana doctrina".
¿Qué es esto?
Pues:
- no congregarse en ninguna Iglesia porque no hay ninguna que se acomode a sus expectativas.
- escribirle a un pastor por internet y pedirle: "Ayyy... no encontramos Iglesia donde vivimos. Son todas apóstatas. Mi intención de escribirle es pedirle si no podría comenzar una congregación aquí donde vivimos. Mientras tanto nos reunimos con nuestra familia cada domingo a escuchar sus predicaciones. Gracias".

El problema en ese caso es: Si ese pastor de "sana doctrina" comenzara una Iglesia en ese lugar donde vives, ¿aguantarías de verdad que se te predique la "sana doctrina"?
La "sana doctrina" NO es solo denunciar herejías y no predicar sobre "pactos de dinero".
En algunos casos, hay personas que simplemente aman la "sana doctrina" porque muy inconscientemente están contentos de haber encontrado una religión más económica: no se exige tanto esfuerzo como en el G12 (por ejemplo) y no se pide constantemente dinero.
¡Viva la "sana doctrina"! "Ahora tengo más tiempo para mí. Antes tenía que evangelizar y esforzarme mucho para la Iglesia... ja... Ahora me siento más libre".

Si ese es tu caso... 
Es muy necesario que entiendas esto: Antes tu dinero y tu tiempo se los dabas a los hombres porque ellos te prometían que si hacías eso, los cielos se iban a abrir para ti.
Ahora que ya sabes que NO es así, que NO puedes comprar a Dios como Simón el mago (Hechos 8:14-24), estás libre para usar tu dinero y tu tiempo para DIOS genuinamente. Ya NO para los hombres.

¡No se trata de una religión más económica!
Hazte "rico para con Dios" (Lucas 12:21), haz "bolsas que no se envejezcan, tesoro en los cielos" (Lucas 12:33) invirtiendo todo lo que eres y tienes, en adoración a Aquel que "no escatimó ni a su propio Hijo" (Romanos 8:32).
Por favor, no me malentiendas
Ya lo dije y lo repito: existen infinidad de casos de hermanos humildes y temerosos de Dios que han sido movidos por el Señor.

Pero si tú has utilizado todo esto que hemos mencionado recién, para "rechazar la autoridad" puesta por Dios, aunque tu consciencia no logre acusarte mucho, Dios nunca va a aprobar que te rebeles a la autoridad que EL mismo instituyó y sí quiere usar para discipularte.
Tal vez nunca te trague la tierra o te consuma el fuego, como en el caso de Coré y los suyos, pero ten por seguro que Dios no pasará por alto tu "rebelión".

Algunos dicen hoy: 
"Todos tenemos el Espíritu Santo. ¿Por qué debo congregarme o someterme a un pastor?".
Y la respuesta es sencilla: PORQUE DIOS ASÍ LO ESTABLECIÓ.
No hay excusa para desobedecer eso.

¿Que no hay Iglesia que cumpla tus expectativas?
Tú no debes buscar una Iglesia que cumpla TUS expectativas. Tú debes congregarte donde DIOS QUIERA.

¿Que el pastor de tu iglesia tiene errores?
Pedro negó a Jesús 3 veces, pero sin embargo unos días después el Señor le dijo: "Pastorea mis ovejas" (Juan 21:16).

¿Esto significa que debes congregarte en cualquier lado, vivan como vivan y prediquen lo que prediquen?
¡NO! Dije: "DONDE DIOS QUIERA". No el primer lugar que encuentres.

¿Que a ti te guía el Señor directamente y no tienes necesidad de pastor?
Qué raro. Porque es el Señor mismo, que guía a los hijos de Dios, que como parte de su GUÍA "constituyó" los ministerios según Efesios 4:11, para "perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo" (Efesios 4;12).

¿Que según 1 Juan 2:27 "no tenemos necesidad de que nadie nos enseñe" porque tenemos "la unción" y "la unción misma nos enseña"?
Juan NO se puede estar refiriendo a que no necesitamos que nadie nos pastoree y enseñe.
¿Cómo puedo estar tan seguro?
Pues porque sino, ¿para qué escribió esa misma carta? Si esos creyentes no tenían necesidad de que nadie les enseñe, ¿para que les escribió una carta de 5 capítulos con tanta enseñanza?

NO se trata de un "consejo" por si nos gusta, sino de un mandato bíblico: "No dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre" (Hebreos 10:25).
Y un poco más adelante:
"Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos; porque ellos velan por vuestras almas, como quienes han de dar cuenta; para que lo hagan con alegría, y no quejándose, porque esto no os es provechoso" (Hebreos 13:17).

¿Cómo puedes imaginar que estás en obediencia a Dios, si desobedeces estos dos mandatos bíblicos?
¿Te liberará de tu responsabilidad que te digas a ti mismo que no hay ninguna Iglesia, que según tus parámetros, cumple con lo que debería?
Si Dios dice:
"Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos"
(Romanos 13:1,2).

Si este pasaje se refiere a "autoridades" civiles y en ese momento el emperador de Roma al que debían "someterse", era el cruel y despiadado Nerón, pregunta: ¿Cuanto mayor es nuestro pecado de "rebelión" con las "autoridades" que Dios puso en la Iglesia?
Allí dice: "Quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos".

Examinémonos
Nuestro trabajo es asegurarnos que lo que nos impulsa a oponernos ante las cosas que están mal, en tal o cual Iglesia, es el celo por Dios y no la "rebelión", que al fin de cuentas, es contra Dios.
Este tipo de personas que estamos viendo en la carta de Judas, no solo son libertinamente inmorales, sino que también, dice Judas: "rechazan la autoridad" (Judas 8).

Si ese es tu caso: 
Aunque le encuentres errores a no se qué pastor, a mí o a miles de pastores, eso NO te exime de ser parte de la advertencia que hace Judas en esta epístola.
Si has salido de tu Iglesia y ahora eres imposible de pastorear por quien sea, debes saber que Judas advirtió sobre ti.
Se que esto me va a generar muchos problemas, pero yo "libré mi vida" (Ezequiel 33:8,9) al estudiar junto a ti lo que dice al respecto la carta de Judas.

Si tú has sido impulsado por Dios a "contender ardientemente por la fe" en tu congregación y Dios te ha sacado de allí, y ahora eres alguien dócil en la nueva Iglesia en la que te congregas, agradezcamos al Señor que ha tenido enorme MISERICORDIA con todos nosotros.

A los hermanos que muchas veces me han escrito pidiendo consejo al respecto y solicitando una Iglesia en su ciudad, LES AMO. Si hablo así es para ayudarlos a discernir si su motivación es agradable a Dios o no.
La "sana doctrina", como la misma Palabra de Dios, corta hacia afuera (exhortando a otros), pero también hacia adentro (confrontándonos en nuestros innumerables engaños del corazón).

Luis Rodas


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