"Era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones" (Lucas 2:37).
En esencia la historia de Ana es una historia muy común.
Se trata de Dios quitando todo lo demás para que encontremos la respuesta a nuestras necesidades en EL.
Todos, absolutamente todos, tenemos necesidades profundas y básicas como amor, paz, gozo, identidad, seguridad, propósito, ayuda y el sentido de admiración a alguien superior.
A veces Dios, en esta tierra, manifiesta su provisión de estas cosas para nosotros a través de medios. El utiliza medios de gracia como un matrimonio, amistades, la Iglesia, hijos, etc, etc...
NO son necesariamente sustitutos a Dios. En muchas ocasiones es Dios mismo obrando a través de lo que EL mismo otorga.
Pero en otras ocasiones, Aquel cuyo "entendimiento es infinito" (Salmo 147:5) y "cuya obra es perfecta" (Deuteronomio 32:4), determina hacer a un lado los medios de Su gracia, y llevarnos a encontrar la provisión de todas esas necesidades básicas en su misma Persona.
Al principio sentimos el desarraigo, la falta, carencia, ausencia… como si Dios no tuviera en cuenta esas necesidades profundas, y sin compasión nos arrancara esa fuente de provisión.
Tal vez es un hijo, una esposa/o que fallece, el despido injusto de ese trabajo, la soledad, un robo, la desilusión de un amigo, etc...
En esos momentos es muy difícil no mirar al cielo sin ver a un Dios que, o no comprende o no le importa comprender, que esa fuente de provisión, ahora ausente, suplía algunas necesidades realmente vitales en nosotros.
¿Amor? ¿Un Dios de amor? ¿Que difícil entender los caminos de un Dios de amor cuando quita esos medios de gracia?
LA FUENTE DE CADA BENDICIÓN
Cuán preciosa y sanadora es la perspectiva bíblica de esto. No se trata de un Dios que no tiene en cuenta todas esas necesidades profundas y básicas. ¡NO!
Se trata de un Dios que, por razones perfectas y trascendentes, a veces sabe que es nuestro momento de dejar a un lado los medios de gracia que EL otorgó, para que encontremos de forma directa y plena TODO ESO EN EL.
EL nunca quita por falta de comprensión y compasión hacia tus necesidades. Simplemente te introduce con sus manos de amor en el camino donde todo eso es suplido de forma más perfecta, inconmovible y profunda en EL.
Siempre fue EL. Pero ahora te permite ver de forma más clara, en la ausencia de medios, quien es la fuente.
¿Qué es el cielo sino, principalmente, el dejar atrás todos los medios de gracia y acudir directamente a la fuente de todo bien?
Mira la promesa de Dios en Apocalipsis 21:6:
"Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de vida".
Luis Rodas
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