LA COMUNIÓN INTIMA CON DIOS Y NUESTROS HÁBITOS (1). Primeros pensamientos del día.


"Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo?
El que... hace justicia"
(Salmo 15:1,2)

Como ya estuvimos viendo, la pregunta de David se puede comprender y sintetizar así: “Dios, ¿cómo alguien puede permanecer en comunión intima contigo?”.
Dios responde a esta pregunta de David hablando acerca de la conducta diaria.
Y luego de hablarnos de la "integridad", este Salmo 15 agrega:
“El que... hace justicia” (Salmo 15:2).

“Justicia” (“tsédeq” en hebreo): es una palabra sencilla que se refiere a algo “recto, justo”,  a rectitud (“Brown-Driver-Briggs” - H6664).
Pero es muy interesante el verbo que aparece aquí: “HACE justicia” (“paál” en hebreo): “hacer sistemática y habitualmente” (Strong - H6466).

Por lo que podríamos traducir esta frase del Salmo 15:2 como “aquel que tiene hábitos de rectitud”. “Que practica hábitos rectos y justos”.
Por esto la NVI, la Traducción de Lenguaje Actual y la Reina Valera Contemporánea traducen: “que practica la justicia”
Es una práctica, un hábito formado en la persona.

Los hábitos siempre se forman a través de la repetición de algo que hacemos.
Como muy bien escribió Jerry Bridges:  “Nos convertimos en aquello que hacemos” (“La devoción a Dios en acción”. Pag. 76).
¡Eso es lo decisivo en lo que hacemos!.
Si actuamos mal suceden 3 cosas:
1- Desagradamos a Dios
2- Podemos tener consecuencias desagradables
3- Nuestras malas acciones rápidamente se convierten en hábitos

Hace poco leía a alguien que decía: “Si los jóvenes se dieran cuenta cuán pronto se convertirán en simples fardos de hábitos, se preocuparían más por su conducta en sus años formativos. Con nuestra conducta estamos tejiendo lo que siempre nos acompañará (para bien o para mal). Toda acción, toda virtud o todo vicio, por más pequeño que sea, deja su pequeña huella” (citado por R. Kent Hughes en “Las Disciplinas de un Hombre Piadoso”).

¡Y esto es una gran verdad!. Los que ya somos adultos, ¿con cuantos hábitos luchamos simplemente porque en su momento fuimos descuidados y le permitimos anidar a las malas acciones?.
Si volviéramos el tiempo para atrás, a cuantas de esas malas acciones le diríamos que no en el comienzo, y nos evitaríamos el luego luchar con esos hábitos de por vida.

 


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