Recuerda a aquél carpintero de Nazaret



"Volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos..." (Lucas 2:51).
Este pasaje de Lucas nos cuenta algo del período entre la niñez y los 30 años de Jesús.
Al leerlo hoy recordé algo.
Unos 20 años atrás, cuando daba mis primeros pasos en la Iglesia, hablé con quien en ese momento era mi pastor.
Pensé que mi presentación del problema era irrefutable:
 - el mundo necesitaba el evangelio
 - yo estaba totalmente dispuesto a hacer lo que hiciera falta
 - y no me estaban dejando hacer nada.
Parecía muy obvio que se estaba incurriendo en un grave error… ja...

Gracias al Señor, el pastor desde el principio me dijo que no hiciera nada más que concentrarme en ordenar mi vida, que ya llegaría el tiempo de servir a Dios de otras maneras.
Por lo que aquella noche me presenté en su oficina seguro de que él entendería.
Su respuesta fueclara, concisa, cristocéntrica e inolvidable:
"Jesús, Dios en persona, pasó 30 años en los que se sujetó a sus padres, aprendió la profesión familiar, fue fiel en todo y esperó pacientemente.
Imagina la cantidad de veces que él vio en las personas de Nazaret necesidad de ayuda. Piensa en todos aquellos que en esos años vio enfermar, angustiarse, desesperarse y hasta morir.
Probablemente el pensamiento de comenzar antes de tiempo aparecía. Pero EL se mantuvo haciendo lo que debía hacer esperando el tiempo exacto que estaba trazado para comenzar su ministerio en plena obediencia a Su Padre. Y sólo en 3 años hizo lo que jamás podríamos hacer.
Ahora sé fiel con lo que Dios te confía. Ya Dios, a su tiempo, te confiará más".

Salí de aquella oficina, todavía con el corazón de un chico de 23 años, y está claro que sin tener ni idea todo lo que sucedería en estas 2 décadas, pero con algo de aquella sabia paciencia que es eficaz para refrenar a una bestia semejante.
"Todo tiene su tiempo", aprendemos en aquel precioso consejo de Salomón (Eclesiastés 3:1).

¿Qué te confió Dios en este momento?
Úsalo como un medio para servir a Dios.
Tus estudios, trabajo, profesión, familia, etc… no son licencias para vivir para tu egocentrismo. ¡NO!
No se trata de que como no estás dedicado de tiempo completo en un ministerio en una congregación, Dios te deja vivir, al menos por ahora, una vida mundana. ¡NO!
Simplemente ahora es el tiempo de que uses todo eso como un medio para aprender, madurar y adorarle.

Si en tu corazón arde un anhelo de servir a Dios, ¡que bueno! Esa es la gracia de Dios.

Pero cuando la impaciencia quiera empujarte, recuerda a aquel "carpintero" de Nazaret (Marcos 6:3), y ahora haz lo que el Padre te ha confiado.


Luis Rodas


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