¿Demasiado grande la batalla y pocos de tu lado?
Ora, ora, ora.... Y confía, confía, confía...
Haz cosas que los demás sólo se atreven a leer en sus libros devocionales.
Sólo asegúrate que Dios esté genuinamente delante de eso que vas a emprender. Y luego lánzate como aquellos que pusieron su pie en el río Jordán y luego vieron como el mismo se abría (Josué 3).
La mayoría se quedan diciendo que no se puede, pero que sería lindo que alguien lo haga.
¡Pero tú hazlo!
Esa mayoría que no está dispuesta a lanzarse por fe en el Dios vivo, luego serán los primeros en criticar como los hermanos de David (1 Samuel 17:28) antes de que éste se lanzara a ver como Dios pulverizaba a Goliat (1 Samuel 17:50).
Pero tú, sal y hazlo. Y que Dios esté contigo.
Que la gracia de Dios esté contigo.
SON MUCHOS
Son muchos los “obreros fraudulentos” (2 Corintios 11:13) que Satanás coloca por el mundo.
Y esos “ministros de Satanás” (2 Corintios 11:15) están más que dispuestos a desparramar su imitación del evangelio (Gálatas 1:6); porque las promesas del tentador son muchas y cercanas: fama, dinero y poder al alcance de los más osados.
SON POCOS
Mientras, del otro lado, tenemos unos pocos obreros fieles cuyos corazones tienen selladas las palabras honrosas: “Al Señor tu Dios adorarás, y sólo a EL servirás” (Mateo 4:10).
Estos siempre son pocos en número y débiles a sus propios ojos.
¿Qué harán estos ante tan abundante ejército del enemigo que corrompe con sus falsas doctrinas, supersticiones disfrazadas de fe y conductas desordenadas?
Pues mira bien y considera: el ejército enemigo necesita de mucha cantidad de participantes porque sólo tienen a Satanás y sus ángeles rebeldes.
El reino al que pertenecemos siempre ha atacado con poca gente, ya que el mismo no necesita grandes cantidades de guerreros. ¡Ellos tienen a Dios de su lado!
Observa y calcula el porcentaje a favor y el porcentaje en el campo enemigo:
Moisés estaba por momentos sólo luchando con todo un pueblo rebelde que hasta hablaba de apedrearlo (Exodo 17:4).
De los 12 espías enviados a traer un reporte de la Tierra Prometida, 10 querían volverse atrás porque amaban tanto sus vidas que no querían ni arriesgarse a morir en manos de los gigantes, y sólo 2 decían “los comeremos como pan. Dios está con nosotros” (Números 14:9).
Gedeón empieza con 32.000 soldados pero Dios le dice que son demasiados. Su problema no era que fueran pocos. Su objeción es que eran “MUCHOS” (Jueces 7:2).
Le deja sólo 300 personas mientras el ejército enemigo era “como langostas en multitud” (Jueces 7:12).
David no sólo enfrentó a un gigante siendo un joven con apenas unas piedras y una honda, sino que la mayoría de sus batallas las peleó teniendo un número muy inferior de su lado.
Pero él cantó gozoso: “Danos socorro contra el enemigo, porque vana es la ayuda de los hombres.
En Dios haremos proezas y EL hollará a nuestros enemigos” (Salmo 60:11,12).
Y MÁS
Tiempo nos faltaría para hablar de Ezequiel, Elías, Sofonías, Zacarías, etc, etc….
O de Josafat, que enfrentó “una gran multitud del otro lado del mar” (2 Crónicas 20:2) instando a su pequeño ejército: “Jehová estará con vosotros” (2 Crónicas 20:18). Jeremías apenas con su ayudante Baruc frente a todo un pueblo “con corazón falso y rebelde” (Jeremias 5:23). Daniel encontrando que, ante la prohibición de orar a Dios, todo aquellos que decían amar a Dios, de pronto aterrados ya no oraban. El, parado en Dios, abrió las ventanas y puesto de rodillas oró como siempre (Daniel 6:10).
O cómo no recordar que nuestro Señor apenas le dejó la tarea colosal a unos 120 (Hechos 1:15).
¿Qué son estos ante todo un mundo sin Cristo?
LA MAYORÍA
Es que la mayoría prefiere "los deleites temporales del pecado” (Hebreos 11:25).
El mismo apóstol Pablo le escribió a los filipenses que sólo tenía a Timoteo para ayudarlo en ese momento. Porque “todos buscan lo suyo propio, no lo que es de Cristo Jesús” (Filipenses 2:21).
¡El Reino de los Cielos ataca con un pequeño ejército pero con un GRAN DIOS!
En las propias palabras del Señor Jesús: "EL ÚNICO DIOS VERDADERO” (Juan 17:3).
Es el mismo Rey de reyes quien determinó formar un ejército así. "Para que la excelencia del poder sea de Dios y no de nosotros” (2 Corintios 4:7).
Es el “Único y Sabio Dios”, a quien pertenecen “la gloria, majestad, imperio y potencia” según Judas 25, quien pudiendo forjar el ejército más grande e inconmensurable, tomó la determinación eterna de llamar a unos pocos para confiarles el más alto privilegio: ser parte "de los cuales el mundo no es digno” (Hebreos 11:38).
Al ser llamados eran “lo necio, lo débil, lo vil, lo menospreciado y lo que no es” (1 Corintios 1:27,28). Pero con “el poder de su fuerza” (Efesios 1:19) Dios los hizo “columna y baluarte de la verdad” (1 Timoteo 3:15).
IGUAL QUE SIEMPRE
EL sigue actuando de la misma manera que con aquel primer ejército que acompañó a Saúl. El pueblo de Israel había sido llamado a la guerra, y especifica 1 Samuel 10:26 que “fueron con (Saúl) los hombres de guerra, cuyos corazones Dios había tocado”.
¡Ni uno más ni uno menos!
Así que, cuando veas que "la mies es mucha y los obreros son pocos” (Mateo 9:37), ora como nos ordenó nuestro Señor (Mateo 9:38)). ¡Y no te desanimes! ¡Dios sigue instando a los suyos de la misma manera que lo hizo con aquel soldado ante grandes batallas: “Mira que te mando que te esfuerces y que seas valiente” (Josué 1:9).
Simplemente…. porque “el Cordero que fue inmolado es Digno” (Apocalipsis 5:12).
La guerra es violenta, los enemigos muchos, pero Dios…. DIOS…. está con nosotros.
¿Necesitamos algo más?
Luis Rodas
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Etiquetas:
Seguir a Cristo
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