así clama por ti, oh Dios, el alma mía.
Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo;
¿Cuando vendré, y me presentaré delante de Dios?"
(Salmo 42:1,2)
Todas nuestras devociones deben incluir un elemento esencial e insustituible: sed de Dios. Se trata de ese anhelo conciente de que nuestro corazón viva comunión intima con Dios.
No basta con hacerlo, como si ya cumpliéramos, queremos a Dios en lo que hacemos.
Jeremiah Burroughs (1600-1646):
"Sé esforzado en las prácticas piadosas, súfrelas, trabaja por el poder de la piedad en los deberes santos, debes esforzarte por encontrar a Dios en ellos. Es bueno luchar por cumplir con las prácticas piadosas, pero debemos ir más allá y luchar también por mantener cerca a Dios en nuestras prácticas piadosas. Encontrar a Dios en todo lo que hacemos.
Tenemos una notable escritura para esto en Exodo 20:24: 'en todo lugar donde yo hiciere que esté la memoria de mi nombre, vendré a ti y te bendeciré'.
Esto quiere decir: donde oras, lees la Palabra, te congregas o cualquiera sea la práctica piadosa, allí se hace memoria del nombre de Dios. Y EL dice: 'vendré a ti y te bendeciré'.
Debes esforzarte por eso, despertar tu corazón y buscar a Dios ahí, y no estar satisfecho hasta que veas a Dios ahí.
Son notables las palabras de Bernardo cuando dijo: 'Nunca salgo de ti sin ti'. Nunca voy a algún deber santo y lo dejo, nunca termino esa práctica piadosa si antes no lo encontré a EL en esa práctica piadosa. No debemos estar satisfechos hasta que no nos encontramos con EL en lo que estamos haciendo".
("To Walking with God") .
Luis Rodas
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