Un dios a nuestra imagen y semejanza



“El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos” (Juan 3:31).

Una vez le estaba predicando a un chico que vivía en la calle, y me respondió:
"Yo creo en Jesús y lo admiro. EL se drogaba como yo. ¿O piensas que predicaba esos sermones de forma tan apasionada sin drogas?…  No…  EL se drogaba seguro".
¡Esto por supuesto es una horrible blasfemia!
Pero, aquí podemos ver algo muy común. Dios nos creó a su imagen y semejanza y nosotros le devolvemos el favor e intentamos hacer lo mismo y lo hacemos a EL a nuestra imagen y semejanza.

Hoy en día es muy común encontrar gente que dice: "Yo creo en Dios a mi manera".
Eso es simplemente hacer a Dios a nuestra imagen y semejanza, lo cual es inventarnos un dios a nuestro gusto, una excusa, un placebo, un amigo imaginario con el cual no sentirnos solos.
Todo esto no es más que idolatría.

Cuanta gente sigue viviendo en su pecado y se dibuja a sí mismo en su mente un dios que lo aprueba.
Pero todos debemos saberlo: existe un solo Dios, no hecho por nuestra imaginación o conveniencia, y ante ese Dios daremos cuenta.
Como leímos al principio, "EL es sobre todos". Pronto, cuando estemos delante de EL, ¿de qué nos servirá habernos engañado a nosotros mismos con un dios fabricado a medida?

¡EL es Señor, estudiemos las Escrituras para saber quién es, cómo es y qué demanda!


Luis Rodas


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