"Confortará mi alma"
(Salmo 23:3)
Las circunstancias en las que David escribe el salmo 23 no están del todo claras, pero lo más probable es que esté viviendo uno de esos tiempos donde el ataque de sus enemigos quedó atrás, y ahora comienza a experimentar nuevos tiempos del "bien y la misericordia" del Señor (23:6).
El ve venir hermosos tiempos de restauración. Y no deja espacio a la duda: esto no viene por mera casualidad. La razón es: "Jehová es mi pastor" (23:1). EL es un "pastor" que puede suplirlo todo: "nada me faltará. En lugares de delicados pastos me hará descansar; junto a aguas de reposo me pastoreará" (23:1,2).
Es llamativo que un guerrero feroz como David use para sí mismo en este caso la imagen de la pequeña oveja necesitada del tierno descanso y reposo de su Pastor.
Este salmo destila las palabras de un David que está saliendo de grandes batallas, tiempos difíciles, "angustiadores" (23:5) y un "valle de sombra de muerte" (23:4). Y ahora su corazón sonríe y se esperanza a través de nuevo "aliento" (23:4).
Descansando dulcemente en estas verdades, David escribe: "Confortará mi alma" (23:3).
Derek Kidner, David Garland, Charles Briggs y otros comentaristas bíblicos traducen estas palabras así: "EL restaura mi alma". Lo mismo lo encontramos en la versión "Biblia de las Américas".
La palabra hebrea aquí ("sub") habla de "restaurar, refrescar, renovar" (Derek Kidner - "Psalms 1-72").
Hay tiempos donde nuestro Pastor nos guía por zonas difíciles. Esto deja grandes lecciones, pero muchas veces también heridas sensibles y una gran necesidad de restauración.
Dios le habla a su pueblo en una de estas situaciones: "He aquí que yo extiendo sobre ella paz como un río, y la gloria de las naciones como torrente que se desborda; y mamaréis, y en los brazos seréis traídos, y sobre las rodillas seréis mimados.
Como aquel a quien consuela su madre, así os consolaré yo a vosotros" (Isaías 66:12,13).
David está diciendo: "Este es mi tiempo de consolación. EL me restaurará".
Hay momentos donde "se alegran los enemigos" en lo que ellos entienden como nuestra "verguenza" (Salmo 25:2). Pero también hay tiempos donde, como en el Salmo 23, Dios muestra su favor incalculable y sin igual aún delante de aquellos que esperan nuestra destrucción.
Esto es a lo que se refiere David cuando escribe: "Aderezas mesa delante de mí en presencia de mis angustiadores; unges mi cabeza con aceite; mi copa está rebosando" (23:5).
La escena aquí es la de un invitado para ser honrado en una comida especial. Alguien que es restaurado en un banquete en su honor, mostrándole beneplácito, amor y favor.
Si has estado atravesando el "valle de sombra de muerte", levanta tu mirada a tu Pastor. Nadie como EL para "restaurar tu alma"...
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