VAYA VALOR DE LA JOYA QUE PERDÍ Últimos pensamientos del día



“Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra” (Juan 4:34).

Jesús vivió concentrado en hacer la obra de Aquel que lo envió.
¡Vaya aprovechamiento del tiempo!

Así nosotros podemos considerar cada día que pasa como una enorme posibilidad de servir a nuestro Dios.
¡Aprovechemos cada día valiosísimo!

Esto me recuerda una historia que nos puede ser útil:
Cruzando el desierto, un viajero vio a un hombre sentado al pie de una palmera. A poca distancia reposaban sus caballos, pesadamente cargados con objetos de valor.
Se aproximó muy preocupado:“¿Puedo ayudarle en algo?”
"¡Ay!", respondió el hombre con tristeza, "estoy muy afligido porque acabo de perder una de las más preciosas joyas".

"¿Qué joya era esa?", preguntó el viajero.
"Era una joya", le respondió su interlocutor, "como no volverá a hacerse otra. Estaba tallada en un pedazo de piedra de la Vida y había sido hecha en el taller del tiempo. La adornaban veinticuatro brillantes alrededor de los cuales se agrupaban sesenta más pequeños. Ya ve cómo tengo razón al decir que joya igual no podrá producirse jamás".

"Uh… sin duda su joya debió ser preciosa", dijo el viajero. "¿Pero no cree que con mucho dinero pueda hacerse otra similar?".
"La joya perdida", respondió el hombre, volviendo a quedar pensativo, "era un día: y un día que se pierde no vuelve a encontrarse jamás. Ayyy…. vaya valor de la joya que perdí"…


Luis Rodas


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