“El justo florecerá como la palmera;
crecerá como cedro en el Líbano" (Salmo 92:12)
Thomas Boston (1676-1732):
“La vida del creyente va creciendo en la piedad en la medida en que progresa cada vez más en la santificación.
‘Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, que va en aumento hasta que el día es perfecto’ (Proverbios 4:18).
'Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas’ (Isaías 40:31).
La gracia de Dios es de una naturaleza que va creciendo en la vida de la persona.
La vida de un santo está saliendo del desierto de este mundo y acercándose hacia el final de su viaje. Por tanto el alma bajo la gracia de Dios está alejándose del pecado.
‘Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo’ (2 Timoteo 2:19).
Ese creyente se aparta de toda clase de mal por permanecer vigilante y velando. Y cuanto más alerta está, más fruto encontramos en él.
‘Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí’ (Salmo 39:1).
Cualquier distancia que podemos tomar del pecado estando aquí, es una distancia de oposición al mismo. Cuanto más el cristiano tiene sus ojos bien abiertos para observar los movimientos del enemigo, evitar ocasiones y tentaciones para pecar, él se ubicará más lejos de todo mal.
Ser descuidado y no vigilante es la ruina de muchos.
Aquellos que pertenecen a Dios velarán, mantendrán una constante lucha contra sus debilidades que les asedian: ‘Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí’ (Gálatas 5:17).
Y esta lucha continuará (hablando simbólicamente) en tanto halla ‘canaanitas' en la tierra.
El alma bajo la gracia de Dios estará creciendo, esperando, luchando por la victoria total sin tregua (Romanos 7:24; Filipenses 3:13,14).
Cuanto más crece y se fortalece la gracia de Dios en una persona (2 Pedro 3:18), más ésta lucha contra sus debilidades"
(“The Whole Works of”. Vol. 10).
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