“Despierta tu poder...
Oh Dios, restáuranos;
haz resplandecer tu rostro” (Salmo 80:2,3)
Martyn Lloyd-Jones (1899-1981):
"Esta es la oración del pueblo de Dios.
Encontrarás ilustraciones de esto a través de toda la Biblia, y en todos los hombres que han sentido el peso del estado de la Iglesia, cuyos corazones se quebraron al ver el nombre de Dios blasfemado.
Oh, encontrarás palabras muy fuertes en la Biblia al respecto. A veces hasta salmos imprecatorios. Los cuales son sólo una expresión del celo que estos hombres tenían por la gloria de Dios: 'Sean consumidos de la tierra los pecadores', dice el hombre en el Salmo 104:35...
No era un deseo de venganza personal.
Lo que sucedía era que estos hombres estaban consumidos por la pasión por Dios, Su gloria y Su gran nombre.
Hay algo mal en nosotros si nuestros corazones no arden por estas cosas.
¡Que estado terrible el de la Iglesia! Y que cosa tan difícil estar en ella cuando sólo consiste en una colección de personas muy agradables y respetables que no tienen ninguna preocupación por el mundo, su locura y su horror.
No sólo debemos anhelar que los burladores sean silenciados por Dios. Debemos desear que estos hombres y mujeres, que son como ovejas sin pastor, puedan abrir sus ojos, puedan comenzar a ver la causa de sus aflicciones y ser liberados de las cadenas de la iniquidad, de su condición vergonzosa, sus adicciones y su necedad.
¿Nos importan estas personas?. ¿Estamos orando para que Dios actúe?.
En Hechos 4:29 leemos como los cristianos le piden a Dios que obre usando la expresión ‘y ahora, Señor’.
Es como si dijeran: ‘oh Dios… a la luz de todo esto, bajo nuestra situación actual: despierta tu poder. Capacítanos para testificar con denuedo santo’.
Mira la urgencia de la oración, el anhelo en ellos.
¿Nosotros vivimos preocupados por nuestras cosas y sólo por eso?.
¿Vivimos centrados en nosotros mismos?
¿Tenemos algo de esa carga real por la gloria de Dios y el nombre de la Iglesia?.
¿Tenemos este clamor por los que están afuera?"
(“Revival”)
En este momento son muy oportunas las palabras de Horatius Bonar: “Creo que nosotros no sabemos casi nada de esta profunda compasión y amor que constriñe por un mundo moribundo, el cual, como santos, debemos sentir”.
Ora:
1- si vives centrado en ti mismo, pidiendo perdón a Dios por este pecado terrible
2- que Dios te arranque de tu egocentrismo. No hay piedad sin amor por otros (1 Corintios 13)
3- por las necesidades, aflicciones y salvación de otros. Para esto primero quita tu mirada de tu propia vida y ama a otros.
4- que Dios conceda que tu familia directa y tus hermanos de la congregación puedan vivir también así
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