¿Qué significaba ser cristiano para ellos? George Whitefield 3ª parte



Whitefield jamás buscó su propia fama o riquezas. Se dice de él que “sentía hambre y sed de la sencillez y sinceridad divina”. Dominaba todos sus intereses y los transformaba para la gloria de Dios.
La mayor parte de sus viajes a América del Norte fueron hechos a favor del orfanato que fundara en la colonia de Georgia. Vivía en la pobreza y se esforzaba para conseguir lo necesario para el orfanato. Amaba a los huérfanos tiernamente, les escribía cartas y se dirigía a cada uno por su nombre. Para muchos de esos niños, él era el único padre, el único medio de que ellos obtuvieran su sustento.

Así fue que, a los sesenta y cinco años de edad, durante su séptimo viaje a América del Norte, finalizó su carrera en la tierra. Una vida escondida con Cristo en Dios y derramada en un sacrificio de amor por los hombres. El día antes de fallecer, tuvo que esforzarse para ponerse de pie. Pero al levantarse en Exeter delante de una audiencia muy grande, predicó por última vez diciendo: “
¡Obras! ¡Obras! Un hombre podrá entrar al Cielo por obras tan pronto como yo descubra que se puede escalar a la luna con una soga de arena”.
Uno de los que asistieron dijo que “su rostro brillaba como el sol”, el fuego prendido en su corazón como en el día de oración y ayuno, cuando fue separado para el ministerio, ardió dentro de sus huesos y nunca se apagó (Jeremías 20:9).

Horas más tarde murió.

¿A quién te pareces más?
George Whitefield pasaba horas en la presencia de Dios. Orando y estudiando las Escrituras.
¿Tú con quién pasas la mayoría del tiempo?
¿Con la televisión? Te parecerás a lo que veas en la televisión
¿Con el MSN, facebook, hotmail y demás? tu vida será tan profunda como las conversaciones que tengas allí.
¿Con compañeros de trabajo? Te parecerás a ellos.
¿Con gente no cristiana? Hablarás como ellos, tendrás las mismas luchas que ellos y los mismos temores y dudas.

¿Debes trabajar? Por supuesto que sí.
¿Debes pasar tiempo con tu familia? Por supuesto que sí.
¿Debes pasar tiempos prolongados con tu Dios? Por supuesto que sí.
¿A quien te quieres parecer?
¿Como quien quieres pensar, actuar y hablar?
¿Como el Señor? Debes estar con él.

Por eso tenemos tantos púlpitos vacíos, tantos cantantes pero cuesta muchísimo encontrar adoradores, tanto poeta pero tan pocos que nos vienen a decir: “Esto dice Jehová” (como los profetas de antes).

En las Iglesias tenemos gente ignorante y gente preparada, con estudios de todo tipo. Pero ¿donde están aquellos quebrantados por Dios? ¿donde están aquellos que conocen a su Dios? ¿donde están aquellos que prefieren estar un día en sus atrios que mil fuera de ellos? ¿donde están aquellos que son olor fragante de Cristo?
2 Corintios 2:14-16
No poetas, no cantantes.... OLOR DE CRISTO. Viven auténticamente en Cristo. Quebrados, muertos, ya no viven ellos, ahora vive Cristo en ellos.

Necesitamos vidas empapadas en ese perfume. Bañadas en Cristo cada día. En su presencia. En Su Palabra. Gente que lo ve a él cada día y viene a contarnos lo que vio. No poetas. Necesitamos profetas.
Hombres y mujeres que han estado con Dios.
(Jeremías 23:16-18,21,22; Oseas 14:1-6; Salmo 51:6).


Luis Rodas


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