“Nuestra alma escapó cual ave
del lazo de los cazadores;
se rompió el lazo,
y escapamos nosotros.
Nuestro socorro está en el nombre de Jehová,
que hizo el cielo y la tierra" (Salmo 124:7,8)
William Gurnall (1617-1679):
“La dependencia de los santos en Dios y su esperar en EL en todos sus caminos, despertará el poder de Dios para su socorro.
¿A dónde volará un alma bajo la gracia en cualquier necesidad, peligro o tentación, sino a su Dios?.
Tan naturalmente como un conejo se refugia en su madriguera, ‘en el día que temo', dice David, ‘yo en ti confío' (Salmo 56:3).
David hizo a Dios su lugar seguro en medio de todas las tormentas. Dice: ‘fortaleza mía… castillo mío… mi alto refugio’ (Salmo 18:1,2).
Así, cuando Saúl lo persiguió, dejó una ciudad de puertas y cerraduras para confiar en Dios en campo abierto.
Ciertamente a todos los santos se les enseña la misma lección: a renunciar a su propia fuerza y confiar en el poder de Dios; no apoyarse en su 'propia prudencia' (Proverbios 3:5), sino refugiarse en la Sabiduría de Dios; despreciar su propia justicia, esperando por completo en la pura misericordia de Dios en Cristo (1 Pedro 1:13).
Cuan seguro castillo es Dios al alma que se refugia en EL diciendo: 'Señor, estoy siendo perseguido por esta tentación, acorralado por estos deseos. O tú me perdonas, o no tengo otra posibilidad que ser maldito; o tú mortificas en mí estos pecados, o soy un esclavo de ellos. Tómame en el seno de tu amor por los méritos de Cristo; refúgiame en los brazos de tu fortaleza de los siglos, en tu poder para salvarme; ya que sino, tú lo sabes, quedaré entregado sin posibilidad alguna e indefenso, a merced de mi enemigo.
No tengo ninguna confianza en mí mismo o en cualquier otro. En tus manos encomiendo mi causa y mi vida, me rindo a ti’.
Esta dependencia de un alma, sin duda, despertará el poder omnipotente de Dios a su favor.
EL juró con el mayor juramento que puede salir de sus labios benditos, por EL mismo, que al volar en busca de refugio en la esperanza en EL, tendríamos un fortísimo consuelo (Hebreos 6:17).
Dios, habiendo establecido Su nombre y promesas como una torre fuerte, tanto llama a su pueblo a estos aposentos seguros, como espera a que sea formada esa actitud del que corre con total dependencia hacia allí"
(“The Christian in Complete Armour”).
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