Reconoce cuanto necesitas. Primeros pensamientos del día.


“Me anticipé al alba, y clamé;
esperé en tu Palabra” (Salmo 119:147)

Henry Scudder (1585-1652):
“En el instante de despertarte levanta tu corazón a Dios con un reconocimiento lleno de gratitud por Su misericordia hacia ti. Pues el Salmo 127:2 dice: ‘A Su amado dará Dios el sueño’. EL es quien guarda, tanto tu alma como tu cuerpo, mientras duermes; quien renueva Sus misericordias cada mañana.
Levántate temprano en la mañana siguiendo el ejemplo de nuestro Salvador. Tendrás todo el día ante ti y ganarás el mejor y más provechoso tiempo para los ejercicios de la piedad.

Cuando te levantas, mientras te vistes, no pierdas ese precioso tiempo, cuando tu mente está fresca, con pensamientos perturbadores e inútiles, como muchos acostumbran a hacer.
En ese momento puedes agradecer a Dios porque si estás levantándote temprano para caminar con EL es por Su gracia.

Antes de orar sería provechoso que examines un poco la condición de tu corazón. Qué pecados estás cometiendo, qué aspectos de la gracia de Dios estás necesitando, qué tan agradecido a EL estás siendo por sus favores diarios….
Reconoce cuanto necesitas de la asistencia y gracia de Dios en cada situación.
Para esto la Palabra de Dios debe ser tu guía clara. Un espejo infalible para mirarte.
De esta manera pasarás de la necia e irreverente confianza en ti mismo hacia la santa presencia de Dios
Así tu corazón estará bien humillado, suavizado y enfocado en Dios; y tus confesiones, gratitudes y peticiones serán con más entendimiento, más humildad, más sentimientos, más fervor, y con más seguridad de estar siendo escuchado… ¡Todo lo cual son requisitos insustituibles de la oración!.

Derrámate delante de EL en confesión de tus pecados, exponiendo tus anhelos acerca de ti mismo y de otros 'con toda oración y ruego, con acción de gracias’ (Filipenses 4:6).

 Y todo esto con comprensión de lo que estás diciendo, con la intención y completa inclinación del alma, y esperando ser escuchado, en Su perfecto tiempo y forma.
Asegúrate de hacer todo esto cada mañana.

 El diablo sabe que nada socava y derriba su reino más que estas prácticas hechas debidamente. Por lo que intentará usar tu debilidad para que vuelvas a tu descuido y negligencia”.
(“The Christian’s Daily Walk”)







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