LOS PRIMEROS AÑOS DE LA IGLESIA Una orden más



En la primera parte de este estudio vimos como Jesús pasó 40 días con los discípulos “hablándoles del reino” y los comisionó a “predicar el evangelio”, “hacer discípulos”, bautizar a a esos discípulos y enseñarles lo que él les había enseñando a ellos.
Pero esta no fue la única orden que Jesús le dio a sus discípulos antes de ascender al cielo.
Hubo una orden más que el Señor claramente les dio.
Hechos 1:4-9

No hagan nada
Aquí Jesús está claramente diciendo: “No hagan nada, solo ‘esperen la promesa del Padre’ en Jerusalén”. Esa promesa era que serían “bautizados con el Espíritu Santo” y así serían sus “testigos”.
 En Lucas 24:49 está también reflejado ese momento en el que Jesús les decía a sus discípulos que se quedaran quietos esperando la “promesa del Padre”.

¿Cuál era esa “promesa del Padre” que debían esperar?
El versículo 5 de Hechos 1 lo deja claro: “Porque Juan ciertamente bautizó con agua, más vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro no muchos días”.
Aquí vemos que la “promesa del Padre” era el bautismo con el Espíritu Santo”.
En el versículo 8 habla de que recibirían poder cuando viniera ese Espíritu santo sobre ellos cumpliéndose la “promesa del Padre”. Y en Lucas 24:49 habla de que serían “investidos de poder desde lo alto”.
Juan el Bautista ya había hablado de esta promesa: Mateo 3:11

¿Se cumplió esa promesa?
Esa “promesa del Padre” se cumplió en Pentecostés. Hechos 2:1-4.
¿Como podemos saber que ahí se cumplió la “promesa del Padre”?
Porque cuando la gente ve a los discípulos de Jesús ser “llenos del Espíritu Santo” piensan que estos están ebrios. Entonces Pedro explica lo que estaba sucediendo diciendo que no estaban ebrios sino que simplemente se estaba cumplido en ese momento “la promesa del Padre”. Hechos 2:14-21; 32,33,38,39.


Luis Rodas


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