4 La desmotivación de no vivir el Dios-centrismo (2ª parte) DIOS-CENTRISMO



Miremos un poco que impulsaba al apóstol Pablo: Filipenses 3:8
“Por la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús”
Es sencillo: si no encuentro “excelencia” en el “conocimiento de Cristo Jesús” nunca lo voy a valorar a él por encima de todo, por lo que nunca será una motivación mayor que, MacDonald por ejemplo.

Una Iglesia centrada en Dios es una Iglesia apasionada por Dios.
No sólo es un mandato del Creador mismo de que él sea el centro de todo lo creado, sino que tenemos una pasión por él de tal manera que es el centro de todo lo que somos y hacemos.
Jesús definió esto como “el principal mandamiento”: Marcos 12:29,30
"Jesús le respondió: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel; el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento".

No estamos hablando de sensaciones: “Ahora me siento bien con Dios y siento que le amo”.
Las sensaciones van y vienen y no podemos vivir de sensaciones.

Estamos hablando mas bien de, como leímos en la primera parte de este artículo que decía Jonathan Edwards, “afectos santos” (“Los afectos religiosos”. Pag. 7), “los fervientes ejercicios del corazón” (“Los afectos religiosos”. Pag. 9), una pasión por Dios, los más altos pensamientos acerca de Dios, una revelación viva de Dios en el corazón, un valorar a Dios y un menospreciar a todo lo demás, que nos lleva a que él sea el centro de nuestras decisiones, actitudes, deseos, anhelos, sueños, metas, etc, etc
No son sensaciones pasajeras, son realidades en el corazón del hombre que producen una vida de adoración práctica y diaria.

La verdadera relación con Dios nace primeramente de un corazón ardiente, apasionado, lleno de “afectos santos” por Dios. Nace de un corazón que ama a Dios, lo valora por encima de todo.
Y esto es nuestra motivación, el motor que nos impulsa a todo lo demás.
Para esto necesito renovar mi mente cada día en “la excelencia del conocimiento de Cristo Jesús”. Si mi mente está llena de la gloria del mundo voy a valorar al mundo por encima de todo.
Si mi mente está llena de la gloria de Dios voy a valorar a Dios por encima de todo.

Esto es lo que hizo que los apóstoles, una vez llenos del Espíritu Santo, entregaran sus vidas por completo.
A Pedro y a Juan los amenazaron para que no hablen más en el nombre de Jesús. Y ellos respondieron: “No podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído” (Hechos 4:20).
Juan escribió: “Vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre” (Juan 1:14)

Cada día necesito orar. Cada día necesito adorar a Dios. Cada día necesito conocer a Dios a través de Su Palabra y deleitarme en quien es él, cómo es él.
Cada día necesito ver a Dios en todas las cosas. Esperar en él en todo lo que hago, agradecerle por como se involucra y me ayuda en todas las cosas.
Aquel que se deleita todo el día en Dios tendrá motivación suficiente para vivir para Dios con pasión.
Aquel que se deleita o piensa en el mundo, aquel que anhela todo el día el mundo, tendrá motivación suficiente para vivir para el mundo con pasión.
Pero toda esa pasión va evaporarse al entrar a la congregación o con cualquier cosa que tenga que ver con Dios.

Un ejemplo perfecto para seguir en este sentido fue David:
1 Samuel 16:14 dice que por la desobediencia reiterada “el Espíritu de Jehová se apartó de Saúl, y le atormentaba un espíritu malo”.
Por lo que le aconsejan a Saúl mandar a llamar a alguien que alabe a Dios con su arpa para encontrar alivio.
Uno de los criados había visto a David. Y miren cómo lo describe: 1 Samuel 16:18
“valiente” (“guibbor”): “esforzado, valentía, valeroso” (Strong)
“héroe, valiente” (Diccionario Chavez)
“vigoroso” (“kjáil”): “esforzado, guerrero, valiente” (Strong)
Así, con este fervor, valentía, esfuerzo, vigor, al ver que un filisteo llamado Goliat “provoca a los escuadrones de Israel” (1 Samuel 17:45), se lanza a la batalla: 1 Samuel 17:46-51 (leerlo yo)

¿Cual era la clave de David? Dios
Mira lo que escribió en sus salmos:
Salmo 25:15
Salmo 34:5
Salmo 37:5
Salmo 62:8
Salmo 63:7,8
Salmo 64:10
Salmo 69:32
Salmo 70:4
Salmo 141:8

De los 150 salmos que tenemos en las Escrituras, David escribió, por lo menos, 73.  Empecé a anotar cómo David describía a Dios y llené 5 hojas:

“Escudo alrededor de mí”
“Mi gloria”
“El que levanta mi cabeza”
“Dios de mi justicia”
“tú me hiciste ensanchar”
“Rey mío”
“Dios mío”
“tú eres mi Señor”
“no hay bien para mí fuera de ti”
“Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa”
“fortaleza mía”
“roca mía”
“castillo mío”
“mi libertador”
“la fuerza de mi salvación”
“mi alto refugio”
“Altísimo”
“Dios es el que me ciñe de poder”
“redentor mío”
“Jehová es mi pastor, nada me faltará”

Etc, etc, etc.... David conocía a Dios y esto hacía que, como dice, en el Salmo 142:5, Dios fuera “su porción en la tierra de los vivientes”, por esto en el Salmo 65:8 escribe: “tú haces alegrar las salidas de la mañana y de la tarde”, él se sentía, como dice el Salmo 61:4: “seguro bajo la cubierta de sus alas”, “Jehová”, como escribió en el Salmo 18:18; “fue su apoyo”, David cantaba gozoso a Dios, en el Salmo 16:2: “no hay bien para mí fuera de ti”.

Alguien que cada día pone sus ojos en la “excelencia del conocimiento” de Dios NUNCA SERÁ ALGUIEN QUE LE PESA LAS MANOS PARA SERVIR A DIOS.
Cualquiera que vive centrado en Dios valora a Dios por encima de TODO.


Luis Rodas


.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Instagram

Haz click AQUÍ

Twitter Updates

Sobre mí