Cultiva tu identidad: eres alguien que ya disfruta el anticipo de su herencia CULTIVANDO UN CARÁCTER PIADOSO



“Fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria”  (Efesios 1:13,14).

 Según este pasaje de Efesios, en Cristo tenemos “herencia” porque Dios así lo quiso (Efesios 1:10,11), pero nos encontramos en aquel momento histórico donde aguardamos la “redención".

"Fuimos sellados con el Espíritu Santo"
"que es las arras de nuestra herencia”
"hasta la redención"

 Dicho de otro modo: vivimos algo en el pasado que repercute en nuestro presente como anticipo y certeza (Romanos 8:11) de algo futuro.

 La palabra “arras” (“arrabón” de origen semita) es un “depósito, anticipo, dinero pagado para confirmar un contrato” (“New International Dictionary of NT”).

 Hermanos, la gran promesa principal de la herencia es Dios mismo. Y el anticipo que tenemos aún esta tierra aún de conflictos es Dios mismo.
 Nuestro “cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en nosotros, el cual tenemos de Dios” (1 Corintios 6:19). Somos, ni más ni menos, que "templo del Dios viviente” (2 Corintios 6:16).
 ¿Habrá una realidad más gloriosa en nuestro presente? ¿Tendremos algún recurso más eficaz?
 Peter O’Brien escribió: “A causa del ministerio del Espíritu a sus corazones y vidas, ellos pueden comenzar a disfrutar esta eterna posesión ahora” ("The Letter to the Epehesians”).

EL ahora puede ser:
la sabiduría en mi necedad (1 Corintios 2:13; Hechos 6:10)
la fortaleza en mi debilidad (Hechos 9:31)
la convicción de pecado en mi ceguera (Juan 16:7,8; Romanos 2:4)
la conciencia de Dios en los momentos en que me pierdo en mí mismo (Romanos 8:15,16)
mi guía hacia la verdad (Juan 16:13)
mi consolación en mis angustias (Juan 15:26)
la guía a callar cuando no debo hablar (Hechos 16:6,7)
la guía a hablar cuando es oportuno (Hechos 8:29)
quién glorifica a Cristo aún a través de gente como yo (Juan 16:14)
mi ayuda al orar cuando soy un necio en mis oraciones (Romanos 8:26)
purificación en lo que hago (Romanos 15:16)
quién me guía a una perspectiva gozosa de la vida (Romanos 14:17)
entendimiento del amor de Dios por mí y por otros (Romanos 5:5)
esperanza cuando mi mundo se derrumba y el de los que me rodean (Romanos 15:13; Gálatas 5:5)
mi guía para saber qué es lo que a Dios le agrada (Ezequiel 36:27)
sabiduría para responder ante las críticas (Marcos 13:11)

 Ahhhhh…. ¡EL es todo lo que yo no soy por mí mismo!

 ¡Qué glorioso y sublime es saber que mi Amado Salvador no me ha dejado “huérfano” (Juan 14:18)!
El prometió "estar con nosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20) y sin duda así es. Su Espíritu "está con nosotros siempre” (Juan 14:16) y “mora EN nosotros” (Romanos 8:9; (Juan 14:17).

 ¡Cuan maravillosa obra cuyo propósito final no podría ser otro: “para alabanza de su gloria” (Efesios 1:14)!
¡Cultiva tu identidad en EL!


Luis Rodas


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