Gratitud primeramente CULTIVANDO UN CARÁCTER PIADOSO



“Primeramente doy gracias a mi Dios mediante Jesucristo con respecto a todos vosotros” (Romanos 1:8).

 El apóstol Pablo comienza su carta a los hermanos en Roma con el típico saludo de la época (1:1-7).
 Pero luego usa una palabra que puede enseñarnos mucho: “primeramente” (“próton” en griego).
 La Biblia de las Américas traduce: “En primer lugar”.

 El está estableciendo un orden en su carta. Es como si dijera: “tengo muchas cosas para decirles, pero antes que nada quiero hacer esto…”.
 ¿Qué?
“Primeramente doy gracias a mi Dios... con respecto a todos vosotros”.

 En casi todas sus cartas, Pablo comienza agradeciendo a Dios por sus hermanos. Aún lleno de preocupación por la situación caótica de la Iglesia de Corinto, él se toma tiempo antes de cualquier exhortación, y escribe: “Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros” (1 Corintios 1:4).

Piénsalo un poco. ¿No parece algo sin importancia?
 Imagínate que tuviste que viajar y te enteras que tus hijos están comportándose tan mal en tu casa que un vecino te escribió realmente preocupado.
 Decides enviarles un correo urgente…. ¿Comenzarías tu mail diciendo: “Hijos, primeramente quiero decirles que le doy gracias a Dios por sus vidas”?...
 ja….. Muy probablemente no, ¿verdad?...
 Pero… ¿cuanto cambiaría en nuestras relaciones matrimoniales, de paternidad, entre hermanos, en el trabajo, etc… si tuviéramos en cuenta este “PRIMERAMENTE”?

 Nos molestó algo que hizo nuestra esposa/o y antes de soltar toda nuestra…. molestia… refrenamos y….. PRIMERAMENTE….
 Miramos a nuestros hijos y nos recuerdan que la paternidad es una tarea comparable con aquel episodio épico de David frente a Goliat…. Y antes de decir lo que nunca tendríamos que haber dicho….. PRIMERAMENTE...
 Alguien nos comenta que un hermano en la fe habló mal de nosotros, y antes de que la boca rompa el record de palabras por segundo y hagamos tropezar a otros…. detenemos… mordemos la lengua con precisión…. y… PRIMERAMENTE….

 Pensamos, recordamos puntos para agradecer de la otra persona, cosas en las que él/ella fue ejemplo para nosotros, situaciones en las que nos ayudó, o tal vez, tratándose de un jefe en el trabajo, podemos reflexionar todo lo positivo que ha sido ese empleo para nuestra vida y familia...
 Y luego nos tomamos el tiempo de AGRADECER A DIOS...
 Después, y sólo después en el orden de acción, podemos hablar lo que tenemos que hablar con dicha persona.

PRIMERAMENTE EN EL DÍA
 Suelo despertarme muy dormido, casi tropezando con todo lo que hay en el camino. Por lo que si intentara arrodillarme y dar gracias a Dios, no sé bien qué podría salir de mi boca… ja...
 Pero si ese es tu caso también, podemos ir preparando el corazón (y despertando) a través de la lectura de la Palabra, o incluso podemos anticiparnos a esto adorando y agradeciendo a Dios siguiendo la letra de alguna canción grabada, para que antes de toda petición o pensamiento, reconozcamos una GRAN VERDAD:
más allá de todo lo que pueda estar sucediendo en nuestra vida, sea lo que sea, la PRIMERA razón
por la que está sucediendo y la más importante, es porque DIOS ES DIOS.

 Y eso es un definitivo argumento para PRIMERAMENTE, antes de un ruego, antes de un reproche, antes de una exhortación, antes de expresar dolor... AGRADECER...
 Te invito a que hagas un esfuerzo consciente y comiences a aplicar este "PRIMERAMENTE" en todos los órdenes de tu vida.


Luis Rodas


.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Instagram

Haz click AQUÍ

Twitter Updates

Sobre mí