La historia que vamos a leer la podemos dividir en tres secciones:
1- La tempestad:
Marcos 4:36-37 "Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba".
Marcos 4:38 "Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?"
“durmiendo”: un contraste absoluto
“Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos?”Jesús es acusado de desinterés e insensibilidad.
Algo así como: “¿no te importa lo que me pasa? ¿Tan insensible eres? Sólo te preocupas porque tienes sueño y te olvidas de todos nosotros ¿no? Nosotros lo hemos dejado todo para seguirte pero a ti ni te importa si nos morimos todos ahogados. Un poquito de sueño y ya está, te olvidas de cuidarnos ¿no? ¿Nos habremos equivocado de Maestro para seguir?”
3- Los discípulos se quedan con la boca abierta
Marcos 4:39-41
4:39 Jesús lo soluciona fácil:
"Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza"
4:40 Los confrontadores ahora son los confrontados: "Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe?"
4:41 "Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?"
Y ahora lo podemos ver nosotros y deslumbrarnos: “Uhhhh qué impresionante.... Seguro yo también hubiera dudado... Pero qué impresionante que Jesús calme la tempestad de repente... Yo me quedaría también con la boca abierta”.
Pero.... “¿Quien es este, que aun el viento y el mar le obedecen?”
¿Esto de calmar la tempestad sería una gran sorpresa para él?
A veces juego con Cintia y hago algo que para cualquiera de nosotros sería algo totalmente sencillo y ella me mira asombrada y luego sale corriendo a Vero y le dice: “Papá hizo algo realmente increíble... Ven, rápido, ven a verlo”.
jaja...
Más o menos así estaban los discípulos. Para ellos la tormenta era el fin del Universo, tal vez el momento más terrible de sus vidas... Pero se despierta Jesús, entre dormido y despierto, y dice “calla, enmudece” y todo se detiene como si fuera un juego de niños.
Por eso la cuestión verdadera está en la pregunta: “¿Quien es este, que aun el viento y el mar le obedecen?”
¿Exageró Jesús al detener la tempestad y luego decirle a aquellos discípulos llenos de miedo y con la boca abierta “¿Por qué estáis así amedrentados?”
¿Estaría Jesús sorprendido de que la tempestad se detenga por su palabra?
Jesús estaba en el principio y es el principio
Colosenses 1:15-18 "El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.
Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia".
1:16: “todo fue creado por medio de él y para él”
1:8: Jesús no solo estaba en el principio sino que “es el principio” (Apocalipsis 3:14).
Por medio de él que es el Verbo, la Palabra, fue hecho el Universo (Génesis 1:1).
Jesús estaba al principio creándolo todo con Su padre (Génesis 1:26).
Por medio de Jesús fue creado y ordenado todo.
Hasta el tercer día de la creación las aguas recorrían toda la tierra libremente, pero en el tercer día Dios le pone orden (Génesis 1:9,10).
John MacArthur llama a esto un “convulsión cataclísmica” (“Biblia de Estudio”. Pag. 16).
Cuando Dios confronta el orgullo de Job le hace algunas preguntas sobre aquel tercer día de la creación: Job 38:8-11
Y los Salmos explican que aquel día, en esa “convulsión cataclísmica” (John MacArthur) “subieron los montes” y “descendieron los valles”: Salmo 104:5-9
Así llamó “a lo seco llamó Tierra” y “a la reunión de las aguas llamó Mares” (Génesis 1:10).
La razón por la que los mares no inundan la tierra es porque Dios se lo ordenó. ¿Los mares simplemente le obedecen?
Es como aquel día donde no solo calma la tempestad sino que camina sobre el agua. Los discípulos estaban temblando. Pero para Jesús esto era normal: Mateo 14:22-32
Marcos 6:51 dice que los discípulos al ver esto “se asombraron en gran manera”.
¿Será sorpresa para él?
Para este Jesús que es “el principio de toda la creación”. Para este Jesús que creó los mares de la nada. Para este Jesús que produjo esta “convulsión cataclismica” hundiendo partes de la tierra y elevando otras, poniendo limite a todos los mares del planeta, ¿será sorpresa hacer callar a una tormenta en este mar pequeñito?
El que creó los mares, Jesús, entre dormido y despierto dice: “Calla, enmudece” y al instante todo se calma.
Pero para los discípulos esta tempestad era la catástrofe de la historia. Digna de que Jesús se desespere.
¿Cuántas tempestades enfrentamos y nos parecen el cataclismo de todos los mares? Y no nos damos cuenta de que apenas se trata del lago de Genesaret y con nosotros está aquel que con su palabra le puso límite a todas las aguas de la tierra. Dios Omnipotente que ordena y todo le obedece.
Los discípulos de Jesús pasan de la desesperación al asombro absoluto: “¿Quien es este, que aun el viento y el mar le obedecen?”
Jesús también estaba sorprendido. El dice: “¿Por qué estáis así amedrentados?"
Es como si un bebé pudiera hablar al apenas nacer y al ver a su padre salir caminando abre los ojos, se queda con la boca abierta y balbucea asombrado: “Uhhhhh... es glorioso.... increíble.... mi padre es inexplicable... PUEDE CAMINAR”.
El padre se daría la vuelta y diría: “Je... hijo es normal... soy un ser humano, los humanos caminan”.
Así Jesús no le sorprende que ante su palabra se calma la tempestad. Más bien lo sorprende que para ellos esto era algo que no esperaban que sucediera....
Es como si Jesús los mirara sorprendido y les dijera: “Je... hombres es normal... soy Dios, Dios calma cualquier tipo de tempestad”.
“Je... hombres es normal... soy Dios, Dios puede caminar sobre las aguas todos los días”.
Es algo maravilloso ver a Jesús a lo largo de su vida mantener la templanza. Pasara lo que pasara él seguía en plena calma.
¿La clave?: Dios está al control.
Lo seguía una multitud y lo quería hacer rey (Juan 6:15), él mantenía su templanza.
Unos pocos versículos después la multitud lo abandonaba (Juan 6:66), él mantenía su templanza.
Una multitud gritaba “Bendito el que viene en el nombre del Señor” (Mateo 21:9), él mantenía su templanza.
Unos pocos días después la misma multitud gritaba: “¡Sea crucificado!” (Mateo 27:23), él mantenía su templanza.
Pablo, preso en Roma, a punto de morir, dice algo clave: “yo sé a quien he creído” (2 Timoteo 1:12).
¿Nosotros sabemos en quien hemos creído?
Luis Rodas
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