En el anterior artículo, Jesús llama a sus primeros discípulos y les dice: “Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres” (Mateo 4:19).
Y vimos claramente que no les dice “Venid en pos de mí, y lograrán ser pescadores de hombres”.
Sino “os haré pescadores de hombres”.
Jesús, el Maestro, con su discipulado iba a transformar a estos pescadores de peces en “pescadores de hombres”. Era Su obra en ellos. Y vimos que si seguimos a Jesús hoy en cada situación de nuestra vida nosotros también seremos transformados.
Hoy veremos otro aspecto en que podemos ser transformados por este Maestro Sublime:
Lucas 6:40 “El discípulo no está por encima de su maestro, pero todo el que haya completado su aprendizaje a lo sumo llega al nivel de su maestro” (NVI).
Este Maestro nos llama a “completar su aprendizaje” para ser como él. La forma que nos quiere dar es muy clara: “a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo” (Efesios 4:13).
Pero no sólo nos forma a través sus palabras y sus ejemplos, sino también a través de algo que muchas veces rechazamos con resentimiento: el sufrimiento.
Un ejemplo de esto son los cristianos judíos a los que se escribe Hebreos.
Ellos habían sufrido mucho:
Hebreos 10:32-34 "Pero traed a la memoria los días pasados, en los cuales, después de haber sido iluminados, sostuvisteis gran combate de padecimientos; por una parte, ciertamente, con vituperios y tribulaciones fuisteis hechos espectáculo; y por otra, llegasteis a ser compañeros de los que estaban en una situación semejante. Porque de los presos también os compadecisteis, y el despojo de vuestros bienes sufristeis con gozo, sabiendo que tenéis en vosotros una mejor y perdurable herencia en los cielos".
10:33: “algunas veces los ponían en ridículo públicamente y los golpeaban” (NTV)
“siendo espectáculo en injurias y angustias” (Peshitta)
Estos hermanos habían padecido mucho y ahora estaban al borde de abandonar el camino. Por esto toda la carta está llena de exhortaciones de la necesidad de permanecer hasta el fin:
Hebreos 3:12-14 "Mirad, hermanos, que no haya en ninguno de vosotros corazón malo de incredulidad para apartarse del Dios vivo; antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.
Porque somos hechos participantes de Cristo, con tal que retengamos firme hasta el fin nuestra confianza del principio".
Pero el escritor de Hebreos no solo los exhorta, sino que les da la solución para poder salir victoriosos de sus luchas.
1- Les ayuda a mirar la grandeza y hermosura de Cristo
2- Les enseña que necesitan una fe genuina para mantenerse firmes
3- La amorosa disciplina de Dios está detrás de su sufrimiento (Hebreos 12:4-11).
Cuando perdemos de vista que Dios utiliza todas nuestras luchas y sufrimientos para formarnos a su imagen, comenzamos a endurecernos y resentirnos:
Hebreos 12:12-15 "Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.
Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados".
Lo mismo lo encontramos en 1 Pedro 4:12-19
¿Estás dispuesto a dejarte formar por este Maestro?
Muchas veces luchamos contra el Dios que nos quiere formar. Salmo 32:8,9 "Te haré entender, y te enseñaré el camino en que debes andar; Sobre ti fijaré mis ojos. No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, Que han de ser sujetados con cabestro y con freno,
Porque si no, no se acercan a ti".
Pero el Maestro nos dice: "Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" Mateo 11:29.
Y aun él aprendió por el sufrimiento: Hebreos 5:8 "Y aunque era Hijo, por lo que padeció aprendió la obediencia".
Tal vez Dios ha permitido que personas hayan cometido errores contigo ¿te alejaste de esas personas resentido?
Tal vez Dios ha permitido que un pastor o alguna congregación cometan errores contigo ¿te alejaste de ellos criticándolos duramente y llamándolos apóstatas y herejes simplemente porque no te trataron como tú querías?
Tal vez Dios te puso en situaciones donde alguien te lastimó ¿viste al Señor detrás de esa situación y hoy en día le agradeces por cómo te enseñó y formó o has dejado que brote alguna raíz de amargura?
¿Te crees mejor que esa persona que Dios usó para trabajar en ti?
¿Le dices al Señor “quiero agradarte y ser como tú” pero cuando trabaja en ti te resientes contra el instrumento que él usa para formarte?
NO estoy diciendo que esa persona no se haya equivocado. Aun Dios puede haber usando a alguna persona con muchos errores de carácter y aun doctrinales.
Estaba mal lo que él hacía, pero Dios usaba sus errores para formarte a ti.
¿Acaso no lo llamas el Señor de tu vida? ¿Tú que hiciste? ¿Saliste corriendo de allí huyendo del trato de Dios contigo?
¿Estoy diciendo que no hay que amonestar sobre errores de conducta o doctrinales?
NO, ¡no estoy diciendo eso!
Pero... ¿estuvo bien lo que hizo Judas? NO.
Sin embargo era necesario que alguien entregara a Jesús.
Pero Judas se fue al infierno.
Y a la vez era necesario que Jesús fuera traicionado (Hechos 1:16,17).
Nos endurecemos contra el martillo sin ver quien sostiene el martillo.
Huimos de todo lo que nos causa dolor, sin entender que, muchas veces, en ese instante estamos huyendo de Dios mismo.
¿Lo entiendes?
¿Quieres seguir a este Maestro formador de discípulos?
Luis Rodas
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