"Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón" (Lucas 2:7).
Soy una persona que disfruta las actividades bien organizadas.
Me gusta ver, por ejemplo, cuando algo en la Iglesia en la que participo se hizo con previsión, buena organización, sabio reparto de tareas y en lo posible no faltó nada.
¡Creo firmemente que eso es amor a lo que uno hace!
En el caso de una tarea en la Iglesia es amor a las personas a las que se sirve, por ende primordialmente amor al Señor.
Llamativamente en este relato de Lucas encontramos un gran problema: ni más ni menos que Jesús estaba por nacer, pero al llegar José y María a Belén, el mesón de la ciudad no tiene más capacidad.
Claro, en esa época José no podía hacer reservas por internet ni teléfono, viajar a un lugar implicaba el gran riesgo de llegar y no tener lugar para hospedarse. ¡Y esto fue lo que sucedió en una ciudad revolucionada por el censo ordenado por Augusto César (Lucas 2:1)!
Pero, ¿Dios?
¿Acaso encontramos aquí un error de logística de Dios?
¿Es que fracasaron algunos detalles de organización en el evento del nacimiento del Hijo de Dios?
¿Algún ángel se olvidó de guardar lugar en el mesón para José, María y el Señor?
Aunque está claro que estas preguntas son realmente ridículas, en la vida cotidiana, acaso sin darnos cuenta, ¿no actuamos como si Dios tuviera algunos problemas organizativos con sus hijos?
A veces las cosas parecen suceder a destiempo, o antes de lo que esperábamos o después; o quizás, como si alguien se hubiera olvidado de hacer el envío, nunca suceden.
¿ERRORES?
Hace poco volví a ver un vídeo del testimonio de Joni Eareckson Tada. Ella, a la edad de 18 años, saltando de una lancha golpeó con su cabeza en el fondo del lago sufriendo una fractura cervical que le dejó tetraplégica hasta el día de hoy.
¿Acaso Dios tuvo algún problema de logística al no enviar a tiempo un ángel para protegerla?
Un tiempo atrás nació la hija de un matrimonio que amo mucho. Por una complicación en el embarazo la niña tuvo que nacer dos meses antes de lo previsto. Sus padres sufrieron el hecho de que su hija ya había nacido, pero apenas podían verla dos veces al día en el hospital.
Entre tanto trabajo, ¿acaso éste fue un detalle que Dios no logró coordinar bien?
Aquí en Lucas 2:7 encontramos que todo iba perfectamente según lo planeado: Jesús se dirigía en el vientre de su madre a nacer en Belén.
Pero… ¿nadie coordinó el hospedaje?
¿No se previó que era necesario guardar algún lugar en aquel mesón?
El versículo nos dice:
"Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, lo acostó en un pesebre, porque NO HABÍA LUGAR PARA ELLOS EN EL MESÓN".
Como ya sabemos perfectamente, aquí no hubo ningún error de ningún tipo.
Aunque se trataba de un comedero de animales, la voluntad de Dios fue con exactitud esta.
¡Todo estuvo tan maravillosa y perfectamente coordinado que no podemos hacer otra cosa que asombrarnos y adorar al Dios "cuya obra es perfecta" (Deuteronomio 32:4).
¡Así, hermanos, exactamente así, es lo que sucede cada día, sin falta, en toda nuestra vida!
¡No existen errores de planeación, organización o previsión en Dios!
Existe un Dios que hace nacer a su Hijo, el cual es Su deleite (Mateo 3:17), en un pesebre; y que, actuando conforme a "sus caminos que son más altos que los nuestros" (Isaías 55:9), muchas veces dirige nuestras vidas por sendas que nuestra mente finita y necia no logra entender.
Pero… ADOREMOS…. su obra SIEMPRE es perfecta, coordinada y a tiempo….
Luis Rodas
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Etiquetas:
Celebrando a Jesús
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