"Emanuel, que traducido es: Dios con nosotros" (Mateo 1:23).
¿Cómo hacer la obra del Señor?
Sin duda Dios usa a hombres y mujeres, pero tengámoslo bien presente: no se trata de GRANDES hombres y mujeres. ¡Se trata del GRAN Dios que está con nosotros!
Qué sano es leer este testimonio:
"Hace muchos años conversaban tres mujeres en el portal de una casa de cierta calle de Bedford, Inglaterra. Hablaban de Dios y de cómo EL las había salvado por medio de nuestro Señor Jesucristo, de cómo disfrutaban ahora de gozo y paz, de cómo EL contestaba sus oraciones y cuán maravilloso era su Señor.
Tan concentradas estaban en la conversación contándose de Dios y de su Salvador, que no se dieron cuenta que un hombre se aproximaba más y más hasta poder oír lo que ellas estaban diciendo. El vio que estas humildes mujeres poseían algo real y sublime que él no tenía, algo que nunca había sabido ni experimentado. Jamás olvidó lo que había oído. Abandonó desde ese día sus antiguas compañías de gente impía y se dio a buscar el tesoro espiritual que aquellas sencillas señoras poseían.
Aquel hombre era John Bunyan, el cual más tarde sería el autor de 'El Progreso del Peregrino' (1678).
¿Quiénes eran aquellas mujeres?
Nadie sabe sus nombres. Simplemente eran mujeres cristianas que estaban dando testimonio, que estaban haciendo brillar su luz ante el mundo"
("Sunday School Times").
¡Que GRAN Dios con nosotros!
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