Inmoralidad o andar en el espíritu 2ª parte



"Porque el que siembra para su carne, de la carne segará corrupción; mas el que siembra para el Espíritu, del Espíritu segará vida eterna” (Gálatas 6:8).

 Cuando nuestra vida, nuestro andar, no manifiesta algún fruto del Espíritu, sí o sí, nos demos cuenta o no, estamos manifestando alguna obra de la carne.
 Y Romanos 8:6 nos enseña: “el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz”.

¿Quieres abandonar tu adicción?
 Cuando comiences esta batalla, al principio será una guerra dura y violenta. Puede que tu carne esté muy acostumbrada a ser saciada ante el menor pedido.
 Efesios 4:22 dice que nuestra naturaleza carnal, nuestro "viejo hombre", "está viciado conforme a los deseos engañosos".
 Esto quiere decir que así como alguien puede tener una adicción al alcohol o la cocaína, nuestra vida debe ser desenganchada de los "deseos engañosos".
 Y cuando quieras "andar en el Espíritu" obedeciendo a lo que sabes que sí agrada a Dios y le dices que NO a los deseos de tu carne, sentirás literalmente la abstinencia del adicto.

 ¿Has visto alguna vez a un adicto abandonando su droga?
Pues si decides en el Señor a cortar con ese pecado que logró derribarte tantas veces comenzarás una guerra. Tu voluntad acostumbrada a decirle que sí al pecado se verá en conflicto hasta que tus hábitos sean transformados por las fuerzas de Dios en ti, y sea normal y cotidiano para ti, en ese aspecto, mantenerte en obediencia al Señor.

 Si enfrentas a ese Goliat que te avergüenza cada día puedes ESTAR SEGURO que VENCERÁS.
 Podemos clamar seguros como el rey Asa:
 "¡Oh Jehová, para ti no hay diferencia alguna en dar ayuda al poderoso o al que no tiene fuerzas. Ayúdanos, Oh Jehová Dios nuestro, porque en ti nos apoyamos" (2 Crónicas 14:11).


Luis Rodas


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