"Si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne” (Romanos 8:13).
Veamos un ejemplo:
Te levantas a la mañana y oras dos horas. Luego sales de tu casa, vas al trabajo en el auto y te encuentras con que la carretera está imposible. El trafico está muy lento por la cantidad de autos y no sólo eso, sino que un conductor nervioso intentando avanzar casi te choca. Te enojas con el otro conductor y te empiezas a quejar por el trafico insoportable y por lo mal que conduce la gente. Llegas al trabajo de mal humor, los problemas te tapan y empiezas a discutir con un compañero de trabajo.
¿Habrán servido de algo tus dos horas de oración?
El orar es una parte extremadamente importante en nuestra lucha por hacer morir lo terrenal en nosotros (Colosenses 3:5), pero NO sirve de nada si luego no continuamos lo que empezamos a la mañana.
Tal vez digas: “¿Pero cómo hago para orar mientras estoy trabajando, por ejemplo?”
La batalla contra la carne no se trata SÓLO de orar.
Recién leímos en Romanos 8:13 que “por el Espíritu hacemos morir las obras de la carne”. Y unos versículos antes:
"Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz" (Romanos 8:5,6).
O sea que en cada momento me puedo estar OCUPANDO de la carne o del Espíritu. Puedo estar dándole lugar a mis pasiones carnales o al Espíritu.
¿Qué ocupa tu día?
¿En que te ocupas todo el día? Al estar en tu casa, al ir a trabajar, en tu trabajo, cuando estás con tu familia, con tus amigos.
¿En qué te ocupas? ¿Vives centrado en ti y para ti? A tu carne le encantará.
¿Vives pensando en las cosas de la carne, en tus deseos, sueños, metas, planes y codicias? A tu carne le encantará.
O por el contrario:
¿Vives pensando en cómo servir a los demás y amarlos y bendecirlos?
¿Vives para la GLORIA DE DIOS?
¿Tu meta es que Cristo sea glorificado en todo lo que haces?
¿Vives tu vida como Cristo, despojándote de ti mismo y buscando el bien de los demás?
¿En vez de alimentarte de cosas de la carne, cada día te “fortaleces en el Señor y en el poder de su fuerza” (Efesios 6:10)?
Si es así, tú vives una vida en el Espíritu, y por el Espíritu estás haciendo morir las obras de la carne. Estas “presentando tu cuerpo en sacrificio vivo” (Romanos 12:1), haciendo morir lo terrenal en ti, y puedes hablar de muchas victorias diarias sobre el pecado por la gracia de Dios.
Gálatas 5:16 dice:
"Andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne".
Aquí nos habla de un andar. No se trata SÓLO de un rato de oración o de congregarnos un domingo. Sino de un andar. Un diario y constante vivir en el Espíritu.
Luis Rodas
.
Etiquetas:
la inmoralidad
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario