Razones para alejarnos de la inmoralidad sexual 1ª parte

"¿Y por qué, hijo mío, andarás ciego con la mujer ajena, y abrazarás el seno de la extraña? Porque los caminos del hombre están ante los ojos de Jehová, y él considera todas sus veredas” (Proverbios 5:20,21).

 Vuelvo a decir, como en las anteriores partes, que aquí Salomón le habla a su HIJO, pero sus palabras son útiles tanto para el hombre como para la mujer.
 Aquí Proverbios nos enseña que nuestros caminos "están ante los ojos de Jehová".
 Y Proverbios 15:3 afirma que "los ojos de Jehová están en todo lugar". Job 34:21 agrega que EL "ve todos (nuestros) pasos". Y según el Salmo 11:4 "sus párpados examinan a los hijos de los hombres".
 Por esto Dios le habla a Jeremías diciendo: "¿Se ocultará alguno, dice Jehová, en escondrijos que yo no lo vea? ¿No lleno yo, dice Jehová, el cielo y la tierra?" (Jeremías 23:24).

A LA LUZ DEL DÍA
 Por lo general la persona que fornica o adultera busca hacerlo ocultamente.
 Pero piensa por un momento: delante del Señor no hay paredes, oscuridad ni lugar escondido. Delante de sus ojos es como si la persona lo hiciera a plena luz del día y a la vista de todos.
 ¿Donde podremos ocultarnos para pecar si, no solo lo que hacemos está frente a la mirada absoluta de Dios, sino aun hasta nuestros más íntimos pensamientos?
 "Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino,según el fruto de sus obras" (Jeremías 17:10).

 La realidad es que "no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia; antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta" (Hebreos 4:13).
 Y tenemos que tener muy claro que hemos de "dar cuenta" delante del Dios que considera la inmoralidad sexual tan aborrecible como para ordenar en Su Palabra que si alguien es "fornicario", luego de algunas advertencias, sea expulsado de la Iglesia:
 "Más bien os escribí que no os juntéis con ninguno que, llamándose hermano, fuere fornicario, o avaro, o idólatra, o maldiciente, o borracho, o ladrón; con el tal ni aun comáis" (1 Corintios 5:11).

 Estas, sin duda, son palabras a veces difíciles de asumir. Pero NOS AYUDAN enormemente a la hora de querer crecer en el temor de Dios (2 Corintios 7:1).


Luis Rodas


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