6- Nuestra gran necesidad - Serie: CÓMO SALIR DE LA TIBIEZA



Puedes leer los artículos anteriores de esta serie en los siguientes enlaces:
1- Una catástrofe llamada tibieza
2- Cómo se llega a la tibieza
3- Una necesidad con diligencia del verdadero creyente
4- Un huerto descuidado
5- Una plaga mundial llamada descuido

Gálatas 5:17 describe una batalla intensa: “el deseo de la carne es contra el Espíritu, y el del Espíritu es contra la carne; y éstos se oponen entre sí”.
A.T. Robertson compara esta frase, “se oponen entre sí”, como dos ejércitos que “se alinean frente a frente en conflicto” (“Comentario al Texto Griego del NT”. Pag. 494).
Como explica la “Confesión de Fe Bautista de 1689”, vivimos en “una continua e irreconciliable guerra: la carne lucha contra el Espíritu, y el Espíritu contra la carne” (Cap. 13. Art. 2).

Si la mente carnal ha ganado esta batalla pronto se verán claramente los frutos.
Lo que antes le parecía horrible delante de Dios y que nunca lo haría o diría, ahora le parece normal.
Esta mente carnal, mira hacia atrás y se ve como si antes, su búsqueda de santidad, no era más que excesivas exageraciones. Y si lo quieres corregir te dirá: “Uffff..... yo también era así.... Un legalista..... Cristo me hizo libre de la religiosidad”.
Y no se da cuenta que la única libertad que tiene es la de la carne: “No uséis la libertad como ocasión para la carne” (Gálatas 5:13).

Ahora lo domina su mente carnal. ¿Cómo lo verá todo? Según su mente carnal.
Romanos 8:7 explica: “los designios de la carne son enemistad contra Dios”.
Aquí la versión King James traduce “la mente carnal es enemistad contra Dios”, debido a la palabra griega en el original para “designios".

La mente carnal tiene cero de contacto con Dios.
Ella no puede percibir a Dios: “el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente” (1 Corintios 2:14).
Aquí cuando habla de “discernir” (derivado de “anakríno” en griego) se refiere a escudriñar, investigar, interrogar, determinar, discernir, juzgar, discriminar.

Mientras el espiritual tiene facultades muy diferentes: “En cambio el espiritual juzga todas las cosas” (1 Corintios 2:15).
Aquí “juzga” proviene de la misma palabra, “anakríno”. Mientras el “hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios… porque se han de discernir (‘anakríno’) espiritualmente… En cambio el espiritual juzga (‘anakríno’) todas las cosas”.

En tibieza imaginamos que podemos seguir como si nada pasara, pero esta plaga mundial llamada descuido nos ha dejado dominados por nuestra mente carnal. En plena necedad.
Y Proverbios 12:15 afirma: “El camino del necio es derecho en su opinión”.

NECESITAMOS VOLVER AL SEÑOR CON TODO EL CORAZÓN
Con humillación, con reconocimiento de pecados, con arrepentimiento de nuestros descuidos delante de Dios (Santiago 4:1-10).
Necesitamos volver a orar diariamente. Ningún pastor, líder o persona que haga algo para Dios puede imaginarse en su mente carnal que puede servir a Dios sin estar con Dios.
Repetirás los mismos mensajes y frases de otros pero en tu boca sonarán muertos y secos.
Necesitamos volver a postrar nuestros ministerios ante el altar de Dios y preguntarle a él: ¿Que quieres que yo haga?
Asegurarnos de a quién estamos sirviendo.

No es difícil encontrar hoy en día una Iglesia agotada, cansada, carnal, mediocre, distraída, ocupada en vivir lo más cómodamente posible, egoísta, hablando pero no viviendo, amante de la buena reputación y los lugares más visibles, soberbia, superficial... Con infinidad de pastores abatidos en su queja: "La gente no se compromete. No hay compromiso". En muchos casos en su frustración echando mano de cuantas estrategias humanas hay para lograr compromiso.
Según un artículo escrito por Brian Croft en la página web del Seminario Bautista del Sur, sólo entre las Iglesias Bautistas del Sur en los Estados Unidos 1000 congregaciones cierran cada año.
Hablando de Iglesias de diferentes denominaciones el número de congregaciones que cierran en Estados Unidos por año asciende entre 3500 y 4000 (datos extraídos del blog de Southern Baptist Theological Seminary).
Según Thom Rainer, el 65% de las Iglesias en Estados Unidos están o declinando o estancadas (extraído de la pagina oficial de Thom Rainer).
H. B. London explica en su libro “Pastores en el Más Grande Riesgo” que el 33% de los pastores reconocen tener relaciones sexuales inapropiadas con miembros de la congregación (Pag. 25), y que alrededor del 40% de los pastores confiesan que han estado pensando en dejar el ministerio (Pag. 35).
Según Ed Stetzer en un artículo de "Christianity Today", al menos 400 líderes de Iglesias renunciaron en el 2015 a sus cargos por ser encontrados en la lista de la página de citas amorosas online Ashley Madison.
Y hasta hubo un caso, el del pastor John Gibson, que llegó a cometer suicidio al verse descubierto.
Lo que ya ha sucedido en años anteriores por situaciones similares, como los casos de Seth Oiler, Isaac Hunter, Menard Zvenyika y Bobby Davis.
Según la página de internet pastorburnout.com, el 48% de los matrimonios de los pastores terminan en divorcio.
De acuerdo al New York Times, en una nota del 1 de Agosto del 2010, "los ministros ahora sufren de obesidad, hipertensión y depresión en un más alto porcentaje que el resto de los americanos. En la última década, su uso de antidepresivos aumentó, mientras su expectativa de vida disminuyó. Por lo que muchos dicen que cambiarían de trabajo si pudieran".
Esto ha llevado, por ejemplo, hace muy poco al pastor bautista y presidente de la Convención Bautista de Texas de 69 años, Phil Lineberger, a que se quitara la vida por depresión.
El Instituto Schaeffer hizo una encuesta a pastores y el resultado fue que "el 70 por ciento de ellos luchaba con la depresión. El 72% dice que sólo estudia la Biblia para hacer sus predicaciones, y el 80% que el ministerio ha tenido un efecto muy negativo en sus familias”.
Según Michael Wilson, en su libro "Previniendo el Fracaso Ministerial": "En los Estados Unidos un 37% de pastores admite luchar frecuentemente con la pornografía en internet" (Pag. 31).
Según John Redman, "1500 pastores dejan sus tareas cada mes en los Estados Unidos a causa de conflictos, agotamiento o fracasos morales" ("The Statistics are Shocking". Pag. 1).

El reflejo de todo esto, por supuesto, se ve en el resto de los miembros de la congregación. Lo normal de hoy en día es creyentes cómodos, que se quejan de la congregación donde están pero no hacen nada.  No predican en el trabajo porque dicen: "la gente no quiere al Señor". Ante el menor obstáculo, el más mínimo, ya dejan lo que estaban haciendo, diciendo con toda soltura: "no se puede".
No le enseñan a sus hijos la Palabra porque piensan: "ya les hablé y no les interesa. No cambian".
No oran porque oraron 2 días y no sucedió lo que pidieron.
No estudian seriamente la Palabra porque “no tienen tiempo”.

La imagen triste y dolorosa es la de miles y miles de creyentes viviendo como un auto sin motor.  A veces modernos, amplios, bonitos, muy cómodos, seguros, pero reflejando con inequívoca claridad que están incapacitados de andar.
Impotentes frente a aquello que los detiene para cumplir su misión. Abatidos esperando el fin de los conflictos, adversidades e imposibles, quejándose de los miembros de la congregación, de su falta de compromiso, en vez de buscar de lo alto la capacidad para cumplir la misión por encima de todo aquello.
Como dijo David Legge, pastor bautista irlandés: “Lo que se volvió para muchos un cristianismo normal es anormal de acuerdo al registro del Nuevo Testamento; y aquellos quienes están buscando vivir lo que la Biblia estipula como una experiencia cristiana normal son vistos como anormales. Yo no sé si estás de acuerdo o no, pero yo pienso que una cosa es segura: en nuestras Iglesias, en nuestra sociedad, y (si somos honestos delante de Dios) en nuestras vidas personales, hay una clara ausencia de la bendición de Dios, una clara ausencia de conciencia de Dios y una clara ausencia de la ministración y ministerio del Espíritu Santo” (Sermón “Holy Spirit Revival”).

Sin duda, nuestra gran necesidad es Dios.

Continuamos en la séptima parte de esta serie…


Luis Rodas


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