El amor no se rinde



“Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13:7)

Este versículo nos alienta a una virtud que podríamos describir como fundamental en el carácter del piadoso: soportas los vendavales que vienen de frente y sigues creyendo que el otro puede cambiar.

Aquí el apóstol Pablo nos habla de 4 vientos huracanados que muchas veces logran arrastrarnos a rendirnos y decir: “no va a cambiar jamás. Es imposible”.
Estos 4 enemigos tempestuosos son:
1- sufrimientos que nos puede causar la otra persona
2- acciones concretas que lleva a cabo la otra persona que demuestran que es imposible que ella cambie
3- tiempo prolongado de la otra persona de mantenerse obstinada en el error, que parece gritarnos en la cara: “si no cambió hasta ahora, ya no lo va a hacer"
4- un conjunto de todo lo mencionado anteriormente que nos conduce a pensar: “no se merece que yo siga orando por su arrepentimiento o que siga aconsejándolo”.

Pero aquí, en 1 Corintios 13:7, encontramos una verdad superior que contrarresta todo esto:
EL AMOR:
1- todo lo sufre
2- todo lo cree
3- todo lo espera
4- todo lo soporta

Ayyy…. sin duda un golpe duro….
Aquí son derribados con toda precisión los 4 pilares en los que basamos el dejar de creer y esperar que esa persona o esas otras personas, corrijan su error.
1- “es que me cuesta amarlo”
Respuesta: el amor "todo lo sufre"
2- “es que no muestra el más mínimo síntoma de arrepentimiento”
Respuesta: el amor "todo lo cree"
3- “es que siempre fue así”
Respuesta: el amor "todo lo espera"
4- “es que no se merece que pierda más el tiempo con él”
Respuesta: el amor "todo lo soporta"

Ufff…. ¡Esto afecta todos las relaciones del piadoso!
- El liderazgo de una Iglesia nunca pronuncia con su boca las palabras de rendición: “no va a cambiar jamás”.
Puede que ahora se trate de una persona hasta peligrosa. Puede que hasta hayas tenido que disciplinarla de la Iglesia. Pero NO se abandona la oración por ella, ni la esperanza de que Dios aún puede.
- El esposo/a persiste. Rendirse, entregarse a la derrota con respecto al matrimonio, es decir: “Dios es un mentiroso. Cuando dice que EL puede, sólo estaba jactándose de cosas que en realidad no puede hacer”.
No pongas tu mirada en tu cónyuge. Imita al rey David: “mis ojos están siempre hacia Jehová” (Salmo 25:15).
- El hermano en la fe sabe cuanta misericordia necesita diariamente. Esto lo lleva a clamar por esa misma misericordia para otros.
- El cristiano nunca dice: “a esta persona ya no le predico el evangelio más. Nunca va a correr a Cristo”. Nuestro trabajo no es determinar cuando se terminó su oportunidad. Nuestra labor es anunciar aquel mensaje que es “poder de Dios para salvación” (Romanos 1:16).
No olvides a ese hombre que con sus últimos gemidos reconoció a Jesús como su Salvador estando al borde de su misma condenación (Lucas 23:40-43).

Esto, si aún eres soltero, NO debe llevarte a casarte en esperanza con una persona incrédula. Esperando que si tú te tiras al vacío, Dios te sostendrá. ¡Esto es tentar a Dios! (Lucas 4:9-12).
Las Escrituras advierten con toda claridad que NO lo hagas (1 Corintios 6:14-7:1).
Si cometes este error pagarás altísimas consecuencias.

Aquí, mas bien, se refiere a todas esas situaciones en las que hemos obedecido a Dios y nos encontramos con aquellos que nos rodean constantemente brindándonos una oportunidad invalorable. La oportunidad de aprender que el verdadero amor… ese amor que viene de Dios… NO SE RINDE...


Luis Rodas


.

0 comentarios:

Publicar un comentario

 

Instagram

Haz click AQUÍ

Twitter Updates

Sobre mí