1- QUÉ ES CELEBRAR
Salmo 145:4 "Generación a generación celebrará tus obras, Y anunciará tus poderosos hechos".
“Celebrará” (“shabákj”): “alabar, celebrar, gloriarse” (Strong).
El Diccionario de la Real Academia Española traduce “celebrar” como “conmemorar, festejar, alabar, aplaudir algo”.
Por lo tanto algo que se celebra es algo que se valora, se festeja, se reconoce como digno de honor, como fuente de alegría, admiración, deleite.
Ejemplos:
- Al festejar el cumpleaños de alguien se celebra su vida.
- Al festejar un acontecimiento histórico se celebra la importancia del mismo en la vida de la nación o naciones.
- Al festejar el aniversario de boda se celebra el matrimonio mismo como algo valioso, como fuente de alegría, admiración, deleite. Como un hecho feliz y precioso.
- Alguien gana mucho dinero y celebra, por considerar el hecho altamente valioso, significativo, fuente de gran bien para su vida.
Aquí David, en el Salmo 145:4, canta: “generación a generación CELEBRARÁ tus obras”.
Aquí no se refiere a celebrar A DIOS. Sino que dice “celebrará TUS OBRAS”.
En este salmo hay una celebración de la vida vivida en Dios. Una celebración de lo que Dios hace cotidianamente en la vida del creyente.
Se trata de una celebración del obrar de Dios en el día a día.
Y al celebrar la obra de Dios en el diario vivir, eso lleva al creyente a la celebración de Dios.
2- UN HABLAR IMPREGNADO DE CELEBRACIÓN
Cuando leemos el Salmo 145 de corrido, encontramos que en los primeros 2 versos David celebra a Dios, y en los siguientes da la causa, el motivo, de esa celebración.
Veamos. El rey David celebra a Dios:
Salmo 145:1,2
"1 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre.
2 Cada día te bendeciré,
Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre.
Aquí encontramos a David diciendo cómo elige vivir.
Cada uno de nosotros elegimos vivir de una manera. Nosotros, en muchos casos, no podemos elegir las circunstancias. El día se sucede con muchos imprevistos y situaciones que nos tientan al enojo, la preocupación, el afán, la ansiedad, las malas contestaciones, la duda, el temor, etc...
¡Pero nosotros elegimos cómo reaccionamos a esas circunstancias!
David hace una elección para su día a día:
Salmo 145:1,2
1 "Te exaltaré, mi Dios, mi Rey,
Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre".
Como dice la “Biblia del Expositor”, “este es el voto feliz de un corazón devoto, y la confesión triunfante que fluye de ese voto”.
El dice “bendeciré tu nombre”. El "Diccionario de Teología" de Everett Harrison explica que el “bendecir” a Dios, “se refiere a la alabanza y a la acción de gracias, y esta bendición siempre es precedida por el reconocimiento de la bendición divina que es la que la impulsa” (Pag. 84).
No se refiere a que nosotros le hacemos bien a Dios. No bendecimos a Dios de esa manera. Nosotros, ni ningún ser creado, podemos hacerle bien a Dios. EL no necesita de nada (Hechos 17:24,25). EL nos bendice, nos hace bien, y nosotros en respuesta, reconocemos Su bien hacia nosotros, y hablamos con nuestra boca sus alabanzas. ¡Esto es bendecir a Dios!
Dios nos bendice, nosotros nos tomamos tiempo para reconocer ese bien dado por Dios, y esto produce alabanza y gratitud en nuestro hablar. Nuestras conversaciones están impregnadas de un hablar bien de Dios.
David dice: “elijo que todo lo que hable esté influenciado y fundamentado en cómo es Dios. Voy a bendecir su nombre”.
El elige que su hablar esté lleno del reconocimiento y alabanza de las virtudes de Dios.
Y marca con decisión su compromiso. Está determinado a que este sea su hábito diario:
2 "Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre".
David está diciendo: “Voy a dominar mis conversaciones diarias. Y no me voy a permitir en ellas derrota, desánimo, alabanza a mí mismo, ni crítica. Ellas van a estar basadas en todo tiempo en cómo es Dios”.
3- MEDITAR ES NECESARIO PARA CELEBRAR
Por lo que, en este precioso salmo que muchos judíos tomaron por costumbre repetir tres veces al día, encontramos a David diciéndole a Dios:
“Te exaltaré...
bendeciré tu nombre...
te bendeciré...
y alabaré tu nombre”.
El decide vivir así. ¿Cómo va a llevar esto a cabo?
A partir del verso siguiente encontramos el “cómo”:
3 "Grande es Jehová, y digno de suprema alabanza;
Y su grandeza es inescrutable".
El está diciendo: “Cómo es Dios va a marcar el foco de mi vida”.
Cuando David está diciendo “grande es Jehová” no se refiere a su tamaño físico. El simplemente está usando una expresión para resumir la inmensidad de sus atributos. El dice: "Grande es Jehová… y su grandeza es inescrutable”. “Inescrutable” significa, como traduce la NTV, que “nadie puede medir su grandeza”.
Un ejemplo de esto lo encontramos en el mar. Hay zonas marinas que no se conoce su profundidad. El hombre puede llegar sólo hasta cierta profundidad en el mar.
Lo mismo sucede con el universo. El universo es inescrutable para el hombre. No lo podemos medir. Apenas conocemos una parte de él. El resto sólo lo imaginamos.
Así David se queda sin palabras para describir cómo es Dios. El dice: "Grande es Jehová… y su grandeza es inescrutable”.
El está diciendo: “es imposible medir la calidad, profundidad, inmensidad y perfección de cada aspecto de cómo es Dios. Cuando hablamos de amor, su amor supera nuestro entendimiento y todo lo que podamos imaginar. Cuando hablamos de su poder, su poder supera nuestro entendimiento y todo lo que podamos imaginar. Cuando hablamos de su fidelidad, su fidelidad supera nuestro entendimiento y todo lo que podamos imaginar. Etc, etc, etc…”.
Y tiene algo claro: comenzó el salmo diciendo: “alabaré tu nombre eternamente”. Para hacer esto necesita que su vida esté influenciada, marcada, impulsada por cómo es Dios.
El dice en este verso 3: "Grande es Jehová y digno de suprema alabanza”.
Es como si dijera: “Grande es Dios, grande, igual de grande debería ser mi alabanza. Se necesita conocer en todo tiempo cómo es Dios para poder estar describiendo sin cesar sus maravillas”.
Se trata de un ver, probar, disfrutar, conocer, deleitarse, contemplar, admirar…. y así que nuestra boca no para de intentar describir toda aquella inmensidad indescriptible.
¿Cómo alguien puede ver, probar, disfrutar, conocer, deleitarse, contemplar, admirar, a Dios?
¿Acaso no dice 1 Timoteo 1.17 que Dios es “invisible”?
David explica: Salmo 145:4,5:
"4 Generación a generación celebrará tus obras,
Y anunciará tus poderosos hechos.
5 En la hermosura de la gloria de tu magnificencia,
Y en tus hechos maravillosos meditaré"
Aquí David nos bendice enormemente con este consejo: podemos ver, probar, disfrutar, conocer, deleitarnos, contemplar, admirar, a Dios, “celebrando sus obras, prestando atención a sus poderosos hechos, meditando en la hermosura de sus hechos maravillosos”.
¡Esta es la gran clave!
Luis Rodas
.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario