Estamos viendo algunos puntos principales de lo que es y qué fruto produce la “comunión intima con Dios” en 5 puntos. Hoy veremos los dos últimos puntos:
"En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo.
Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban.
Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.
Y los quiciales de las puertas se estremecieron con la voz del que clamaba, y la casa se llenó de humo.
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; porque siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos".
4- Obediencia a Dios, anhelo de servirle, convicción clara de a qué nos llamó el Señor y una genuina determinación de vivir para ese llamado.
Isaías ve su pecado en la presencia de Dios y encuentra perdón:
Isaías 6:1,7 "Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas; y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado".
Isaías 6:8 "Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí".
Y no solo oye lo que debe hacer sino que tiene una actitud de rendición y obediencia hacia el Señor:
"Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí yo: Heme aquí, envíame a mí".
Y el Señor lo envía:
Isaías 6:9 "Y dijo: Anda, y di a este pueblo: Oíd bien, y no entendáis; ved por cierto, mas no comprendáis".
Cuanta gente no tiene ni idea que deben hacer para Dios. Simplemente no hacen nada o hacen lo que mejor les parece. Es en la comunión intima con Dios que encontramos todo eso por lo que se nos pedirá cuenta.
5- Conocimiento propio, conciencia de la gracia que deriva en perdón y misericordia hacia otros
Esteban predica la Palabra: Hechos 6:10.
Pero ciertos judíos lo odiaron: Hechos 7:54.
Pero Esteban estaba en la comunión intima con Dios y esa era su gran clave:
Hechos 7:55-59 "Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios, y a Jesús que estaba a la diestra de Dios,
y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios.
Entonces ellos, dando grandes voces, se taparon los oídos, y arremetieron a una contra él.
Y echándole fuera de la ciudad, le apedrearon; y los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo".
Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: "Señor Jesús, recibe mi espíritu".
Esteban no estaba preocupado por su muerte. El estaba preocupado por las personas que lo estaban matando:
Hechos 7:60 "Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió".
¿Cuanto vivimos y permanecemos en nuestra mente carnal cuando por mucho menos nos llenamos de amargura, dolor, dudas y temores?
CONCLUSIÓN
Que podamos decir como el salmista en el Salmo 84:1,2: “¡Cuan amables son tus moradas, oh Jehová de los ejércitos! Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová; mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo”.
La comunión intima con Dios opaca el brillo de este mundo y lo menospreciamos, allí solo queda lugar para admiración y elogios a Dios:
“Bienaventurados los que habitan en tu casa
perpetuamente te alabarán” (Salmo 84:4).
Por el contrario, la parábola del sembrador advierte que “los afanes de este mundo… y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la Palabra” (Marcos 4:19).
Por esto el Salmo 69:32 nos dice: “Buscad a Dios, y vivirá vuestro corazón”. Y agrega el Salmo 36:8,9: “Serán completamente saciados de la grosura de tu casa, y tú los abrevarás del torrente de tus delicias. Porque contigo está el manantial de vida”.
Sin duda, como escribió Asaf en el final del Salmo 73: “En cuanto a mí, el acercarme a Dios es el bien” (73:28).
La semana que viene comenzaremos a ver qué responde Dios a la pregunta de David y qué nos dice Dios a nosotros de cómo permanecer en comunión intima con EL.
Luis Rodas
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