El pueblo de Israel no buscaba a Dios y por esto estaban secos:
Jeremías 2:8 "Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha".
“Los que tenían la ley no me conocieron”: tenían la Palabra de Dios pero no conocían a Dios. Para predicar no basta con saber datos, hechos y nombres de la Biblia. Necesito conocer a Dios. Cuanta predicación seca hay por predicadores secos.
E.M. Bounds: “¿Cómo puede un hombre predicar si no ha conseguido su mensaje fresco de Dios en la cámara secreta? ¿Cómo puede predicar si no tiene su fe avivada, su visión lúcida y su corazón caldeado por su estrecha unión con Dios? ¡Ay del púlpito cuyos labios no son tocados por esta llama de la cámara secreta! Árido y sin unción será siempre y las verdades divinas nunca vendrían con poder de semejantes labios. Hasta donde los intereses verdaderos de la religión atañen, un púlpito sin una cámara secreta siempre será una cosa estéril” (“El predicador y la oración”. Pag. 41).
“los pastores se rebelaron contra mí”: siguiendo sus propios planes
“y los profetas profetizaron en nombre de Baal”: profetas que dicen “Dios me dijo”, pero en realidad les hablan demonios.
“y anduvieron tras lo que no aprovecha”: vidas entregadas a pura vanidad, gastadas en el sin sentido de este mundo.
Pero este no fue el único error de Israel:
Jeremías 2:13 “Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva”: ¿cómo no vamos a estar secos si gastamos nuestra vida en fuentes secas?"
Isaías 55:2,3 “¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.
Inclinad vuestro oído, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma…”.
No oramos porque en nuestra altivez creemos que podemos solos: “El malo, por la altivez de su rostro, no busca a Dios” (Salmo 10:4).
Pero hay un segundo mal (y a este se refiere principalmente el Salmo 15 que estamos estudiando):
Jeremías 2:13 "Porque dos males ha hecho mi pueblo: me dejaron a mí, fuente de agua viva, y cavaron para sí cisternas, cisternas rotas que no retienen agua".
Como dijimos en el devocional de ayer, podemos orar 2 horas, luego leer la Biblia 3, salir de nuestra casa escuchando predicaciones, pero si nuestra boca es una fuente amarga, o nuestros ojos miran lo que no debemos mirar, o si nos la pasamos enojándonos…. somos como “cisternas rotas que no retienen agua”.
No importa cuanta agua entre… saldrá rápidamente…
Participarás en mil cultos, oirás miles de predicaciones, leerás cientos de libros… pero tu “cisterna rota no retendrá agua” y parecerá como si el Espíritu Santo nunca hubiera llegado a tu vida. En algún momento especial parecerá como si cambiaras y tuvieras un despertar…. pero pronto eso va a quedar en la nada… volverás al mismo lugar de antes, con las mismas conductas, los mismos ídolos, las mismas distracciones y tentaciones, y las determinaciones de buscar a Dios y orar y estudiar más la Palabra quedarán en la nada… como siempre…. Y el carácter…. ese viejo enemigo que te avergüenza de tanto en tanto… ahí estará…. siempre asediante….
¿Por qué?
Porque aun si estás frente a litros y litros de la “fuente de agua viva” pero le das rienda suelta a cosas cotidianas que Dios aborrece como la falta de integridad, el doble animo, la critica, el egoísmo, el tener comunión con incrédulos, el amor a este mundo, etc, etc…. todo se pierde en una “cisterna rota que no retiene agua”.
Puede que hayas nacido de nuevo y puede que encuentres cierto deleite, esperanza y motivación en la Palabra de Dios, pero todo eso desaparece en tu cisterna rota de tu diario vivir descuidado.
Y como muy bien escribió alguna vez F. B. Meyer: “Nada puede compensar a la Iglesia, o al cristiano individual, la ausencia del Espíritu Santo. Lo que es el flujo de agua a la rueda de molino, es el Espíritu Santo a la Iglesia. Lo que el principio de vida es al cuerpo es el Espíritu Santo al individuo. Estaremos impotentes y avergonzados ante la presencia de nuestras dificultades y enemigos hasta que aprendamos lo que EL puede ser, como una poderosa marea de amor y poder en los corazones de los santos” (“El secreto de la dirección divina”).
Según el Salmo 1 son los que viven “junto a corrientes de aguas” los que “dan fruto a su tiempo” (1:3).
¿Qué podemos hacer ante esto?
Mañana seguiremos hablando acerca de esto.
Luis Rodas
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