¿Qué podemos hacer si nuestra cisterna está rota?
¿Qué podemos hacer para ir acercándonos de a poco a tener una comunión intima con Dios en nuestra vida diaria?
La comunión intima con Dios florece en el jardín de un carácter piadoso cultivado.
Esto es: a medida que, por la gracia de Dios, voy cultivando un carácter piadoso voy disfrutando cada vez más de una relación más cercana y cotidiana con Dios.
Como dice ese antiguo himno:
“Ven, tú, fuente de cada bendición,
afina mi corazón
para que cante de tu gracia”.
Para entenderlo más sencillamente: conductas erradas son huecos, aberturas, en nuestra cisterna, por donde sale el agua, y pronto estamos secos. Conductas piadosas cierran nuestra cisterna para que retenga el agua por largos períodos.
Un ejemplo sencillo de esto es el orgullo. Cuando actuamos orgullosamente experimentamos rápidamente la ausencia de la comunión intima con Dios (nos demos cuenta o no):
Santiago 4:6 "Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes".
Para esto necesitamos humillarnos ante Dios:
Santiago 4:7-10 "Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.
Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza.
Humillaos delante del Señor, y él os exaltará".
Cuando respondemos a alguien de forma orgullosa, cuando tenemos actitudes que son fruto de nuestra soberbia, nuestra cisterna se abre y nuestra carne aplaude. Dios está cercano a actitudes humildes (Salmo 34:18).
Salmo 10:17: “El deseo de los humildes oíste, oh Jehová”.
E Isaías 57:15: “Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu”.
Otro ejemplo sencillo es que cuando tratamos mal a nuestras esposas nuestra cisterna se abre, la comunión intima con Dios se pierde (1 Pedro 3:7).
Por esto Pablo le escribe a Timoteo que la oración debe incluir “manos santas” (1 Timoteo 2:8).
Nuestra conducta está íntimamente ligada a la comunión intima con Dios. Antes vivíamos en pecado y no teníamos otra posibilidad. Pero ahora Dios ha puesto “el querer como el hacer” (Filipenses 2:13) y nos ha dado “todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad por su divino poder” (2 Pedro 1:3).
Ahora debemos “esforzarnos en la gracia” como Pablo le escribe a Timoteo (2 Timoteo 2:1).
Debemos ir “ejercitándonos para la piedad” (1 Timoteo 4:7). De a poco ir cerrando nuestra cisterna. Y cuando nos equivocamos “abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo” (1 Juan 2:1).
No lo dejamos pasar como si fuera lo mismo actuar mal que bien. ¡NO!
Juan 1:16 dice: “De su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia”.
Nos acercamos a Dios “con corazón sincero” (Hebreos 10:22) y tomamos de esa “gracia sobre gracia” en Cristo Jesús para ir dejando el carácter del viejo hombre. Efesios 4:17: “Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles”. Y unos versículos después: “despojaos del viejo hombre” (Efesios 4:22).
Así se va cerrando lentamente la cisterna para poder retener agua.
Y cada vez que necesitamos beber de la “fuente de agua viva” nos acercamos con arrepentimiento y fe y podemos beber. Jamás encontraremos, los que estamos en Cristo, que la fuente no quiere darnos de beber.
Por esto Apocalipsis 21:6 dice: “Al que tuviere sed, yo le daré GRATUITAMENTE de la fuente del agua de la vida”.
Pero debemos entender que la Biblia habla claramente que la comunión intima va unida a nuestra conducta:
Salmo 25:12-14 "¿Quién es el hombre que teme a Jehová?
El le enseñará el camino que ha de escoger.
Gozará él de bienestar,
Y su descendencia heredará la tierra.
La comunión íntima de Jehová es con los que le temen,
Y a ellos hará conocer su pacto".
Proverbios 3:32 "Porque Jehová abomina al perverso;
Mas su comunión íntima es con los justos".
Luis Rodas
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