La comunión íntima con Dios y nuestra cisterna íntegra 1ª parte



Estamos estudiando el salmo 15.
Ya vimos el primer verso y aprendimos al leer los versos del 2 al 5 que la comunión intima va muy ligada con la forma en que desarrollamos nuestra vida diaria.
Como vivimos en nuestro diario vivir es completamente decisivo en nuestra relación con Dios.
Salmo 15:1 "Jehová, ¿quién habitará en tu tabernáculo?
¿Quién morará en tu monte santo?"
La pregunta de David se puede comprender y sintetizar así: “Dios, ¿cómo alguien puede permanecer en comunión intima contigo?”.
Dios responde a esta pregunta de David hablando acerca de la conducta diaria.
Y de lo primero que nos va a hablar es de la “integridad”:
Salmo 15:2 "El que anda en integridad y hace justicia,
Y habla verdad en su corazón".

“el que anda en integridad”
Para poder aprender de la primera respuesta de Dios necesitamos saber a qué se refiere con “integridad”.
“Integridad” (“tamím”): es una palabra que aparece 91 veces en el AT y en el sentido más directo significa “completo” (“Comentario Bíblico Zondervan” de F.F. Bruce acerca del Salmo 15).
Albert Barnes (teólogo norteamericano del siglo 19): “Habla de algo que está completo en todas sus partes, donde ninguna parte está faltante ni defectuosa” (comentando el Salmo 15).
Esto es realmente interesante. La palabra “tamím” (“integridad”) se refiere a “algo que está completo en todas sus partes, donde ninguna parte está faltante ni defectuosa”.

En Jeremías 2:13 Dios le reclamaba a Israel haber cavado “cisternas rotas que no retienen agua”.
La cisterna es “un depósito subterráneo que se utiliza para recoger y guardar agua de lluvia o procedente de un río o manantial” (Wikipedia).
Ahora leemos el Salmo 15:1,2 y vemos que para permanecer en comunión intima con Dios necesitamos “andar en integridad”.
Usando el ejemplo de la cisterna, necesitamos “tamím” en nuestra cisterna. Necesitamos que esté “completa en todas sus partes, donde ninguna parte está faltante ni defectuosa”. Necesitamos una cisterna “integra”. Y esto retendrá el agua viva de nuestra comunión intima con Dios.
Una cisterna con “tamím” es lo contrario a una “cisterna rota que no retiene agua”.

¿Y que es “integridad” en la vida práctica?
Albert Barnes continúa: “La suma de esta ‘integridad’ es que éste hombre se abstiene de toda especie de mal” (comentando Isaías 33:15).
Esto lo encontramos sintetizado en 1 Tesalonicenses 5:22: "Absteneos de toda especie de mal".

La persona integra se mantiene obrando correctamente en cada ámbito de su vida. No hace concesiones ante las presiones, sino que en todo, de forma integra, completa, se abstiene de toda especie de mal.
No obra correctamente sólo algunas veces, sino que su comportamiento continuo, su diario vivir, es correcto. No hay nada malo para decir de él en ningún aspecto.

Este verso del Salmo 15 dice: “El que anda en integridad”. Es un andar. Se abstiene de toda especie de mal como modo de vida. Su conducta es piadosa en cada aspecto.

En este andar continuo en integridad, él camina en comunión intima con Dios.
Lo contrario es: en la falta de integridad en nuestro andar diario, perdemos nuestra comunión intima con Dios.

No estamos hablando de que si en otros momentos hemos cometido errores esto nos excluye para siempre de la comunión intima con Dios. Esto excluiría, por ejemplo, al apóstol Pablo de la comunión intima con Dios (perseguía y asesinaba cristianos).
Sino que para permanecer en comunión intima con Dios necesitamos andar en integridad.

Integridad es que una persona cumpla en lo que se comprometió. Cueste lo que cueste.
Integridad es que una persona no mienta aunque al decir la verdad salga perjudicado.
Integridad es que una persona al tener un negocio sea un ejemplo de honestidad. Que su negocio sea conocido por su honradez. Hace un tiempo leí un artículo en España que hablaba de los Amish y porqué les va bien en sus negocios. Este artículo explicaba que en Estados Unidos ir a un negocio de los Amish es tener la certeza que cuando uno compra un mueble compra algo bien hecho y que no hay engaño alguno. Lo mismo con los lácteos y todo lo que hacen. Si se les pregunta por el producto que sea, ellos siempre dirán la verdad. La gente los conoce por eso.
De esa manera se debe conocer a un cristiano. ¡Eso es integridad!.
Integridad es que una persona llegue a horario a su trabajo.
Integridad es que una persona no falte a su trabajo a menos que realmente esté enfermo y no pueda ir.
Integridad es que una persona sea hombre de una sola mujer. Y que mantenga una relación tan santa con el resto de las mujeres en todo lugar, que aun ninguna mujer pueda confundirse jamás.
Integridad es que una mujer cristiana se conozca por la limpieza, educación y conducta de sus hijos. Proverbios 31:31 dice que a la mujer virtuosa “sus hechos la alaban”.
Integridad es que una persona haga bien su trabajo. Sin importar que haga el resto.
Integridad es que una persona sea ejemplo en su familia de disciplina y orden. Aun si es hijo. Sus padres deben ver a su hijo y ver que hubo un progreso muy notorio en cuanto a integridad al ser salvo en Cristo (aunque odien su fe, que no puedan decir nada de su conducta).
“para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, sean avergonzados los que calumnian vuestra buena conducta en Cristo” (1 Pedro 3:16).
Integridad es que una persona hable cuando tiene que hablar y calle cuando tiene que callar. Porque “el que ahorra sus palabras tiene sabiduría” (Proverbios 17:27). Y así guarda limpia su alma para la comunión con Dios. Dice Proverbios 13:3: “El que guarda su boca guarda su alma”.
Integridad es un joven que no lleva al pecado a su novia simplemente porque tiene deseos sexuales. Sino que mantiene su cisterna integra.


Luis Rodas


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