Conforme a todo lo que hemos visto hasta ahora, podemos decir con toda seguridad que la Iglesia tiene un propósito bien claro.
Como cristianos no estamos solamente esperando el día que nos muramos o que el Señor vuelva a buscarnos.
Esta es sin duda nuestra esperanza y es, como dice Hebreos 6:19: “segura y firme ancla del alma”.
Pero, ¿mientras tanto? ¿Dejamos pasar el tiempo?
Hasta que nuestro peregrinaje en esta tierra se termine, como cristianos tenemos una tarea encomendada por nuestro Señor.
Una de las razones por las que muchos creyentes viven en tibieza sus vidas es porque no entienden esto.
Cuando vivimos como si estuviéramos de paseo por este mundo, esto repercute en toda nuestra manera de vivir.
La voluntad de Dios es que vivamos alertas y diligentes en lo que Dios quiere que hagamos:
Efesios 5:14,15 "Por lo cual dice:
Despiértate, tú que duermes,
Y levántate de los muertos,
Y te alumbrará Cristo.
Mirad, pues, con diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios".
“Mirad” (“blépo”): el Diccionario Vine explica que “en ocasiones se usa como advertencia a guardarse en contra de algo”. Por ejemplo en Marcos 12:28 Jesús la usa para decir “guardaos de los escribas”.
Por lo que aquí Pablo nos dice que debemos prestar atención y así guardarnos de andar como “necios”.
Aquí necesitamos una mirada sincera. Que no busque el camino que calma nuestra conciencia sino la verdad duela cuanto duela.
Y que esto lo debemos hacer con diligencia, urgentemente.
¡Es MUY importante!
Efesios 5:16 "aprovechando bien el tiempo, porque los días son malos".
NTV: “Saquen el mayor provecho de cada oportunidad en esos días malos”.
Peshitta: “Que aprovechen su oportunidad”.
Dios no solo nos da capacidades, sino también “oportunidades”.
Oportunidades para servir a Dios y glorificarlo.
Es EL quien organiza nuestro día a día. Pero si vivimos “como necios” todas esas oportunidades son desperdiciadas.
Tal vez pienses: “Bueno, pero Dios no me va a dar oportunidades para servirle si sabe que yo no las voy a aprovechar”.
Eso no es lo que dice la Biblia.
En la “parábola de los talentos” en Mateo 25:14-30, un “señor” le da 5 talentos a un hombre y este los aprovecha, le da 2 a otro hombre y este los aprovecha, pero le da 1 talento a otro hombre y este no hace nada con él y lo único que tiene al volver quien le confió el talento es excusas.
Lo mismo encontramos en la “parábola de las minas” en Lucas 19:11-27.
Y de igual manera en Lucas 20:9-18 encontramos una parábola donde un “hombre plantó un viña y la arrendó a labradores”.
Cuando este “señor de la viña” quiere recibir el fruto de su viña, los labradores querían usar la viña para su propio beneficio y no le querían dar el fruto al dueño.
Por lo que el “señor de la viña”, según Jesús, “destruirá estos labradores y dará su viña a otros” (20:16).
Dios nos confía capacidades y oportunidades para dar fruto para Su gloria. ¿Qué haremos?
Efesios 5:17 "Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor".
“insensatos” (“afrón”): “imprudentes, locos, necios, insensatos” (Strong - G878).
Hay un contraste muy grande en este pasaje entre los que están activos al servicio de Dios y los que no:
Efesios 5:18 "No os embriaguéis con vino, en lo cual hay disolución; antes bien sed llenos del Espíritu".
Romanos 12:11 nos ordena: "En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor".
John MacArthur: “La idea aquí no es la de enfervorizarse al punto de hervir fuera de control y rebosar, sino más bien algo similar a un motor de vapor que genera el calor suficiente para producir la energía necesaria para realizar el trabajo” (“Comentario de Romanos”. Pag. 205).
Es un ardor que lleva a la persona a entregar su vida.
Este era el celo que movió a Henry Martyn, misionero en la India a principios del siglo 19. Un día arrodillado en una playa de la India derramaba su alma ante el Señor: “Amado Señor, yo también andaba en el país lejano; mi vida ardía en el pecado... Heme aquí entre las tinieblas más densas, salvajes y opresivas del paganismo. Ahora Señor, quiero arder hasta consumirme enteramente por ti”.
Sirvió al Señor allí por 6 años y medio hasta que murió de tuberculosis.
Luis Rodas
.
Etiquetas:
viviendo diariamente en el propósito eterno
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario