Hoy vamos a intentar ver (muy rápido) cómo esta “bendición espiritual” con que Dios nos bendijo transformó por completo nuestra vida.
Colosenses 1:13 dice que Dios “nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado hijo”.
¡Esto es un cambio absoluto!
¡Nuestra vida refleja el mayor contraste de la historia!
Para ver mejor este contraste vamos a comparar el capítulo 1 de Efesios con el capítulo 2:
Efesios 1:3-4 "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él".
“santos y sin mancha delante de él”
Por la única razón que podemos tener seguridad de salvación es porque Jesús tomó nuestro lugar en la cruz y pagó por nuestro pecado.
Y ahora Isaías 53:5 se cumple en nosotros:
“Mas él herido por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él”.
Dios no ve nuestra justicia, sino la justicia de Jesús transferida a nuestra cuenta.
Pero antes:
Efesios 2:1 "Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados"
“muertos en delitos y pecados”.
Dice “delitos” porque el delito, según la RAE, es el “quebrantamiento de la ley”, y nosotros eran delincuentes quebrantando las leyes de Dios.
Efesios 1:5 "En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad".
“adoptados hijos suyos”
Ahora somos hijos de Dios. Podemos estar seguros del amor de nuestro Padre, de su cuidado y de una relación intima.
Romanos 8:15 dice que hemos “recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!”
Esta es una expresión aramea que significa “Papito”.
John MacArthur: “Comunica un sentido de intimidad y cercanía. Como las expresiones familiares “papá” o “papito”, connota ternura” (“Biblia de Estudio MacArthur”. Pag. 1556).
Pero antes éramos “hijos de desobediencia” en Efesios 2:2.
E “hijos de ira” en Efesios 2:3.
Dios aborrecía lo que éramos (Tito 3:3) Nos esperaba la ira de Dios como a todo aquel que no está en Cristo (Romanos 1:18)).
Pero ahora se manifestó en nosotros su “amor” y el “el puro afecto de su voluntad”:
Efesios 1:5 "En amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad".
Y se manifestó su gracia con nosotros:
Efesios 1:6 "para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado".
Y somos “aceptos en el Amado”.
Ahora tenemos “redención por su sangre”:
Efesios 1:7 "En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia".
“Redención” es “apolútrosis” que significa el pago para la liberación de un esclavo.
Antes éramos esclavos incapaces de liberarnos (Tito 3:3, Juan 8:34).
Génesis 8:21 “el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud”.
Por su gracia nos dio “sabiduría e inteligencia” para poder entender la verdad de Dios de tal manera que creamos y seamos salvos y podamos entrar en su “propósito eterno”:
Efesios 1:8-10 "que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia, dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en si mismo, de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra".
Mientras antes éramos necios y no podíamos entender las cosas de Dios:
Romanos 3:11 "No hay quien entienda. No hay quien busque a Dios" (1 Corintios 2:14; Efesios 4:17-19; 2 Corintios 4:4).
También nos dio una herencia eterna:
Efesios 1:11 "En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad".
Nos hizo “coherederos con Cristo” (Romanos 8:17).
Mientras antes lo único que nos esperaba era la condenación eterna:
Salmo 5:5-7 "Los insensatos no estarán delante de tus ojos;
Aborreces a todos los que hacen iniquidad.
5:6 Destruirás a los que hablan mentira;
Al hombre sanguinario y engañador abominará Jehová.
5:7 Mas yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa;
Adoraré hacia tu santo templo en tu temor".
Y nos dio Su Espíritu:
Efesios 1:13,14 "En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria".
Mientras antes nos gobernaba otro espíritu:
Efesios 2:2-4 "En los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó".
Estábamos “sin Dios, sin esperanza” y enemigos de Dios:
Efesios 2:11,12 "Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.
En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo".
Eramos aborrecedores de Dios como dice Romanos 1:30.
Pero él nos hizo ni más ni menos que Su pueblo:
Efesios 2:13-19 "Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.
Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca;
porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre.
Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios".
¿Qué fue?
¿Qué hizo este cambio?
¿Nuestras virtudes? ¿Nuestro deseo de cambiar?
Nosotros estábamos muertos en delitos y pecados ¿cuanto puede hacer un muerto por despertar?
¿Cuanto podía hacer Lazaro por resucitar?
Vernon Mcgee contaba de un joven que al ser consultado por su salvación, dijo: “Yo hice mi parte y Dios la suya”.
Entonces sorprendidos le preguntaron a qué se refería.
El contestó: “Yo corrí tan lejos de Dios, en pecados de todo tipo, como mis buenas piernas me permitieron correr.
Y Dios me buscó y me salvó como solo Su Poder y Su Gracia pueden”.
De un cuerpo muerto solo se puede esperar que se corrompa más y más:
Romanos 1:28-32 "Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;
estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades;
murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres,
necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican".
Efesios 2:4-10 "Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),
y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe.
Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas".
Luis Rodas
.
Etiquetas:
viviendo diariamente en el propósito eterno
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario